Una ninfa de un chinche del género ‘Jadera’.

En el Orden Hemiptera se encuentra la familia Rhopalidae que incluye a la subfamilia Serinethinae. Esta subfamilia tiene tres géneros: Boisea, con 4 especies en una distribución dispersa, una especie en África tropical, otra en el subcontinente indio y dos en Norteamérica; Lectocoris, con más de 40 especies que se encuentran en todas las regiones tropicales y subtropicales del Viejo Mundo; y Jadera, con unas 17 especies que están restringidas al Nuevo Mundo. Las fotografías que muestro son de una especie del género Jadera, es un chinche, pero no es un adulto sino una ninfa.

A este chinche lo encontré en una montaña, más específicamente dentro de un fruto de la especie Cardiospermum corindum, conocida popularmente como Bejuco tronador, que curiosamente tiene frutos sin pulpa y siempre tienen tres semillas. Cuando abrí el fruto lo vi, lo coloqué en mi mano para fotografiarlo y después lo dejé ir colocándolo en el tallo de una rama.

Esa ninfa es una depredadora de semillas que se alimenta y desarrolla exclusivamente en plantas de la familia Sapindaceae. La especie Cardiospermum corindum, donde lo encontré, pertenece a esa familia. En tal sentido, es una especie oligófaga, es decir, se alimenta de una variedad limitada de alimentos.

No logré identificar a la especie, y por eso, comentaré información con énfasis en el género Jadera.

Los adultos y las larvas suelen encontrarse en el dosel y en el tronco de las plantas hospedadoras, pero también en el suelo, en la hojarasca, donde se alimentan de las semillas caídas. Algunos chinches de la subfamilia Serinethinae se alimentan, viven y se reproducen casi exclusivamente en el suelo.

Para alimentarse utiliza una estructura en forma de pico para perforar o alcanzar el interior del fruto que contiene las semillas. Una vez alcanzada la semilla, utiliza su pico para perforar la cubierta de la semilla e inyectar sustancias digestivas en la propia semilla. A continuación succiona y consume el material digerido de la semilla.

Especies de la subfamilia Serinethinae se han adaptado a las diferentes formas y tamaños de frutos de la familia Sapindaceae desarrollando picos de longitudes específicas para las plantas en las que se especializa. Si una especie de la familia Sapindaceae tiene frutos con semillas muy profundas, el chinche que vive en esa planta tendrá un pico muy largo para alcanzar esas semillas. Si la planta tiene frutos con semillas que se encuentran más cerca de la superficie del fruto, el chinche que vive en esa planta tendrá un pico más corto. Las ninfas, cuyos picos aún están creciendo, pueden arrastrarse por el interior de los frutos para alimentarse o simplemente alimentarse de las semillas expuestas que han caído al suelo.

En investigaciones realizadas se ha indicado que los machos de la especie Jadera choprai viven en promedio aproximadamente 86 días y las hembras 47 días. La fecundidad media (o número de huevos por hembra) ha sido de aproximadamente 146 huevos y la eclosionabilidad de los huevos ha sido de aproximadamente 85 %, es decir, de 100 huevos nacen 85 crías. Para la especie Jadera haematoloma se han documentado estadísticas similares, pero esta especie puede poner aproximadamente el doble de huevos.

En general, en la familia Rhopalidae muchas especies suelen poner sus huevos en las plantas hospedadoras o cerca de ellas, no obstante, en el género Jadera, para las especies Jadera choprai y Jadera haematoloma, se ha documentado que presentan un comportamiento de oviposición poco común, enterrando sus huevos casi redondos en un agujero que excavan en el suelo utilizando sus patas delanteras. Las ninfas de Jadera choprai son capaces de emerger incluso cuando se deposita tierra adicional sobre los huevos, y se ha especulado con la posibilidad de que el enterramiento es para disuadir a los depredadores y para evitar la desecación. Enterrar los huevos es algo que extendido dentro del género, pero no es universal. Por ejemplo, las especies Jadera obscura y Jadera coturnix, que se alimentan de plantas enredaderas en el dosel, dejan caer sus huevos al suelo, y esta oviposición coincide con la dehiscencia de las semillas del huésped desde el dosel hasta el suelo.

Las especies mencionadas (Jadera choprai y Jadera haematoloma) son polimórficas en vuelo y en alas. En Jadera haematoloma, hay cuatro tipos. Hembras voladoras de alas largas que conservan los músculos del vuelo después del apareamiento (y presumiblemente de la alimentación); hembras voladoras de alas largas que histolizan los músculos (descomponen los tejidos) después de la alimentación y el apareamiento, hembras voladoras de alas largas que no desarrollan los músculos del vuelo, y hembras voladoras de alas cortas que no desarrollan los músculos del vuelo. Las hembras voladoras, que suelen ser más grandes, se reproducen mucho más tarde, mientras que las hembras no voladoras se reproducen a los pocos días de la eclosión si hay alimento.

Un riesgo de la ausencia de vuelo en Jadera haematoloma, y probablemente en otras especies del género Jadera, es que los individuos no voladores no son capaces de entrar en diapausa fisiológica (estado de inactividad) en ausencia de alimento. Por lo tanto, la vida reproductiva de los individuos congénitamente no voladores depende de la persistencia de semillas en un lugar muy delimitado. Por otro lado, como las alas y sus músculos de vuelo asociados requieren mucha energía para su uso y mantenimiento, lo que las hace muy costosas energéticamente, la ausencia de vuelo sería una ventaja del ahorro energético.