¿Qué le dice al mundo y a la propia Venezuela, el surrealista resultado de las recientes elecciones de ese país?

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Presentamos aquí, a apenas minutos de conocerse el resultado del proceso electoral que a nivel de las regiones se vivió en la emblemática Venezuela, una caliente entrevista conducida por mí, Ana Leal Suárez, y dirigida al académico Alexander Moreno quien es docente universitario de ciencias sociales y un conocedor amplio sobre la problemática política latinoamericana, sin ser político de profesión. Se tocan temas desgarradores. ¡Accedan!


Pregunta ALS: Ha habido tanto en nuestro país Venezuela como fuera de éste, una importante expectativa en relación a las elecciones regionales (gobernadores y alcaldes de las provincias) que se llevaron a cabo recientemente, y que de manera arrolladora ganó el oficialismo que, como sabemos, la encarna el partido que fundara el fallecido Hugo Chávez. Considerando la gigantesca crisis económica y social que, como todos sabemos, vive ese país (que es el que presenta la mayor inflación del planeta), ¿cómo ve usted tales resultados?. ¿Cómo valora usted que 20 de las 23 provincias venezolanas las haya ganado el partido chavista -llamado PSUV*-?

PLANTEO TRES REFLEXIONES...

Viendo en efecto que la enorme mayoría de las provincias sometidas al voto haya sido ganada por el gobierno que lidera Nicolás Maduro, el peor que ha tenido Venezuela después de que cayera la férrea dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1958), hay un trío de reflexiones que surgen en mí. La primera es que la deficitaria conciencia histórica en el pueblo venezolano en materia de logro de unidad popular para enfrentar dictaduras o falsas democracias (como la que conoció ese país en los períodos 1958-1998, llamado AD/Copei**, y 1999 hasta hoy, llamado "chavomadurismo"***), ha venido siendo una constante a lo largo, por lo menos, de lo que fue el siglo XX y lo que es este siglo XXI. Es que cuando la historia ha señalado con el dedo, el preciso sitio de arriba -donde se halla el derrotero táctico y estratégico de su emancipación histórica y democrática-, pues el pueblo ha dirigido su monovidente atención no al referido sitio preciso sino al dedo pícaro del encantador de serpientes. La segunda reflexión que me surge -unida a primera- tiene que ver con eso que suelen llamar "el aquí y el ahora". Más específicamente dicho... ¡Hay que evaluar con agudeza, con profundidad, con perspicacia, la figura política llamada elecciones, sufragio. Para ello necesario es acudir con ojos críticos, a la historia reciente de nuestro país. Como tercera reflexión quisiera agregar que, utilizando una expresión usada asaz por los políticos de profesión, parece que estuviera en el ADN del venezolano que quiere cambios, el divisionismo.

"LA ESCASA CONCIENCIA HISTÓRICA DEL VENEZOLANO" COMO PRIMER TEMA A DISCUTIR...

Pregunta ALS: Perdone la irreverencia, profesor... Y tiene que ver con su primera reflexión... ¿Se siente usted personalmente involucrado en esa, para decirlo con sus palabras, "falta de conciencia histórica"? ¿Ha sido usted parte de esos venezolanos que han visto el dedo y no el rumbo justo de la historia?

Bueno, yo no he sido un político profesional a lo largo de mi vida. Incursioné, es verdad, iniciando los años '70s, pero luego me alejé de ese oficio. Fui en ese tiempo un animado militante del partido político Movimiento al Socialismo (MAS) y nada más. Sin embargo al fragor de mi actividad como profesor universitario de ciencias sociales y filosofía del conocimiento, jamás he dejado a un lado mi interés por la política nacional; incluso la internacional. Como probablemente usted sabe, soy el autor del clásico libro Antología del Pensamiento Revolucionario Venezolano (Editorial Centauro. Caracas, 1983) y por décadas hice un trabajo efectivo de solidaridad con aquellos países que en el siglo XX desarrollaron el modelo estado-céntrico de socialismo; es decir lo que se dio entonces por llamar "el socialismo real". Puedo decirle a usted y a todos lo que nos leerán en esta entrevista, que no tengo empacho en aceptar que abracé de la manera más ingenua y torpe, la suerte de religión, la suerte de dogma dura y lineal dada en llamar "izquierda latinoamericana". Perdón, me he quedado corto... "la izquierda mundial". He militado en la aludida falta de conciencia histórica, por lo menos a partir de mis 18 años -que correspondió con el año 1965, más o menos-, hasta andado ya el siglo XXI.

Pregunta ALS: Dado que usted habla de falta de conciencia histórica del venezolano, yo pregunto... ¿Qué ha pasado con la educación en Venezuela en tal sentido? ¿Es que acaso los libros que se estudian en los centros educacionales, sobre la historia del país, no dan en el blanco en cuanto al logro de la conciencia histórica? Ah, yo recuerdo que cuando niña de 13 y 14 años, había en la escuela secundaria una asignatura denominada "Formación Social, Moral y Cívica"...

Esa bella y útil asignatura de la cual usted hace oportuna mención (y la cual, por cierto, ejercí por 3 años cuando comenzaba mi carrera como profesor empezando los años '70s) fue sacada a patadas del plan de estudios de la escuela secundaria venezolana, hace algo así como 50 años, pero más allá de este lamentable hecho -el cual es harto significativo para el tema que estamos tratando-, hay que decir que en grado sumo, tanto los libros sobre historia contemporánea, como la cultura que en general se respira en Venezuela en materia de historia contemporánea (sus significados políticos, sobre todo), llevan consigo una suerte de cortina de humo en cuanto a aquellos conocimientos que en su textura habitan los insumos conforme a los cuales se hace posible una conciencia histórica venezolanista. Hay por ahí, uno que otro texto que en el tejido de sus letras habitan elementos importantes de cara a la conciencia histórica, pero han venido estando zampados (a través de las empresas editoras privadas y pública) en una suerte de mar picado de lo tangencial, de lo marginal, de lo "no-importante". Así el establishment ha estado sometiendo las obras de autores como por ejemplo: Arturo Cardozo, Salvador de La Plaza, J. R. Núñez Tenorio, Jerónimo Carrera, Domingo Alberto Rangel y buena parte de los considerados en el arriba referido libro Antología del Pensamiento Revolucionario Venezolano.

Pregunta ALS: Pero tanto el gobierno de Hugo Chávez como el gobierno que éste designó en el momento que precedía su muerte, el de Nicolás Maduro, se han caracterizado por invocar escritores patriotas que han hecho ostensible sus expresiones de patriotismo...

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¡Qué le puedo yo decir, profesora! Si hay algo que al chavomadurismo le ha funcionado de verdad, ha sido la apropiación de los símbolos patrióticos, de los símbolos de bolivarianismo, de los símbolos del panamericanismo. Eso ha sido así. Es que Chávez hasta logró añadir al nombre de la Nación, la palabra "bolivariana". Por cierto y vea usted qué curiosidad... Dentro del entorno de poder que posee Maduro, figura un señor caracterizado por su título de "constitucionalista", por su encendido verbo de adulancia "parlamentaria" y por su obesidad -siendo esto último algo que para la salud de él tendría que ser importante; y no parece serlo-. Bien, cuando Chávez propuso tal añadido al nombre de la Nación, fue este tal "constitucionalista" el que en mayor grado se opuso. Permítame agregar... Si la ciudadanía venezolana hace suya la necesaria conciencia histórica, tendrá que ver con agudeza a los impostores del patriotismo; tendrá que desenmascarar, unido a los hechos reales que vive Venezuela, la cultura chavomadurista... Una cultura que tributa el hambre generalizada, la pulverización del sueldo del trabajador, el exterminio de las universidades, los medios televisivos estatales impregnados de los valores lumpen, la destrucción de la industria petrolera, en fin...

"¿RESULTA VEROSÍMIL LA FIGURA POLÍTICA DE LAS ELECCIONES, PARA EL LOGRO DE UNA DEMOCRACIA VERDADERA?" COMO SEGUNDO TEMA A DISCUTIR...

Pregunta ALS: En uno de los seminarios de postgrado que usted ha administrado y que yo he tenido la feliz oportunidad de asistir y participar, su persona ha hecho énfasis en un libro y al autor mismo del libro. Libro que, por cierto, acaba de citar, y da cuenta del criterio de "no a toda elección política". Se trata de Domingo Alberto Rangel y su obra escrita de inicios del presente siglo, Memorias y Desmemorias. Creo que fue su último libro y que en efecto éste fue el título. Profesor Alexander... ¿Coincide usted con el desaparecido político, profesor y economista venezolano Domingo Alberto Rangel, de no participar en elección alguna? ¿Es acaso tal criterio el que usted trae a colación cuando exhorta que hay que revisar la institución del sufragio en estos tiempos en los cuales el chavomadurismo, contando en realidad con poco apoyo popular, gana y gana las elecciones de Venezuela?

Pienso que viene al caso lo del libro de Domingo Alberto. El título en sí es sugestivo... Alzado Contra Todo. El subtítulo es en efecto, Memorias y Desmemorias. Bien. Si se quiere caracterizar en el pensamiento político venezolano contemporáneo, el criterio a ultranza de "no a toda elección política", pues no hay duda que hay que acudir al pensamiento de este polémico e ilustre merideño Domingo Alberto Rangel Bourgoin (1923/2012). Acudir, claro está, para la discusión profunda, sin pensamiento lineal. Seguro estoy que el libro en cuestión es una referencia para hallar en su textura, los filones correspondientes para una calificada caracterización de ese planteamiento politológico y de ese autor específico. Por cierto... El tema me hace recordar las expresiones de no pocos dirigentes estudiantiles que en los años '60s, estudiando yo mi carrera en la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela, solían decir con vehemencia... "Si en estos momentos, Simón Bolívar se lanzase a candidato a la Presidencia de la República, ¡perdería por paliza!". Por la calle se oía en tales tiempos la expresión: "Las elecciones son como los casinos; el dueño -en última instancia-, ¡jamás pierde!". Profesora Ana, a través de la amable autopista que en materia de exposición politológica, su entrevista me facilita, debo decir aquí que he visitado personalmente algunos procesos electorales en países, permítame el eufemismo, "socialistas estado-céntricos" y en todos esos hechos he visto, permítame otro eufemismo, "absoluta normalidad"...

Pregunta ALS: Perdone que lo interrumpa, Doctor. ¿Países socialistas estado-céntricos como cuál?

Bueno... Como Corea del Norte, por ejemplo. Fui amablemente invitado por el Mariscal Kim Il-sung a asistir a un proceso electoral que allí se llevó a cabo en 1983.

Pregunta ALS: ¿A qué factor le correspondió el triunfo?

En su totalidad, a todos los ciudadanos coreanos alineados al gobierno. Así de sencillo.

Pregunta ALS: ¿Y usted vio eso como positivo, como natural?

En tal entonces, mi pensamiento pertenecía a la religión izquierdista clásica y en consecuencia ello me pareció "positivo" en tanto se inscribía en el compartido dogma, y me pareció "natural" toda vez que tal proceso electoral estaba inteligentemente ceñido a la racionalidad política y técnica del ente de poder. ¿Quién podría ganar en las recientes elecciones que se llevaron a cabo en Nicaragua? ¡Obviamente Ortega, su esposa y los alineados a éstos! Lo demás, como decían por allá hace décadas... "son perjúmenes que sulibellan" (entiéndase, bailarines en esa fiesta).

Pregunta ALS: ¡Bien interesante todo lo que usted trae a colación, mi profe. Pero, insisto, ¿en toda elección se concreta lo de la polémica conseja de que "en el casino, quien gana a final de cuentas, es el dueño"?

No es un estigma; no es un designio lineal, sincrónico, antidialéctico; no. No se puede ver el asunto así. Claro, es una tendencia propia de la lógica del poder. Es una propensión que en una contienda electoral, triunfe el factor al cual interese que tal triunfo se dé, y tal factor es no solo el puntualmente electoral (el organismo que organiza), sino el poder político sistémico, estructural. Aún así hemos visto en no pocas oportunidades, que el poder ¡aún siendo autoritario o flagrantemente dictatorial, ha tenido que ceder a través de la vía electoral, y en consecuencia reconocer el relevo! He allí, para citar unos pocos, el caso chileno en épocas del ultra-derechista dictador Pinochet (en el cual se abre el paso -en 1990- al demócrata Patricio Aylwin y la llamada transición), el caso polaco en épocas de la dictadura pro-soviética de Jaruzelski (en el cual -en esos mismos tiempos- se abre el paso al demócrata Lech Walesa). Es, pues, una temática de suyo interesante el cual demanda pensamiento dialéctico, perspicaz. Nos toca a los venezolanos meter el ojo en ese asunto de las elecciones.

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"EL DIVISIONISMO COMO CONSTANTE HISTÓRICA EN LA LUCHA VENEZOLANA EN PRO DE LA DEMOCRACIA" ES UNA TERCERA REFLEXIÓN PARA LA CRÍTICA NECESARIA...


Pregunta ALS: ¡Bien Profesor, se nos acaba la cobertura concebida para tan necesaria conversación. Mi último requerimiento que aquí le formulo, dada la premura, quisiera que fuera de orden metodológico... Ofrézcanos por favor por lo menos un par de autores y sus respectivas fuentes bibliográficas, que hayan abundado en ese, como usted suele descarnadamente decir, desafortunado hábito del venezolano amante de cambios sociales, de dividirse, dividirse, dividirse y más dividirse...

Déjeme decirle, profesora Ana, que si en el discurso político existe una modalidad que encarna en altísimo grado capacidad explicativa y de persuasión, ésa es sin duda el testimonio, la introspección, la catarsis. Bien; el testimonio que el aquí nombrado Domingo Alberto Rangel ofrece en el libro asimismo nombrado, sobre el nido de cangrejos que los dirigentes y militantes civiles de los nacientes partidos políticos (adecos, urredistas, copeyanos y comunistas) crearon precisamente en los primeros días del gobierno de Rómulo Gallegos (1948), plantea un divisionismo tan demencial que coadyuvó muy importantemente al desmoronamiento del primer gobierno cimentado en el sufragio universal, directo y secreto, y consecuencial instalación de la sanguinaria y derechista dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez. ¡Dígame usted, pues! Trátase de un testimonio agudo el cual demanda discusión y valoración dialéctica. Hay dos libros más, que sobre el tema pudieran resultar útiles. Uno es del profesor J. R. Núñez Tenorio (1933/1998); el título: La Izquierda y la Lucha por el Poder en Venezuela. Hay otro libro que al respecto pudiera resultar útil... La Izquierda: Una Autocrítica Perpétua, de Pastor Heydra.

Pregunta ALS: Mi profe, tenemos que terminar. ¡Qué grata y fértil plática! Una última palabra en esta conversación...

Está claro que tanto usted como la inmensa mayoría de los venezolanos observamos cómo Nicolás Maduro y la camarilla gobernante que unida a él gobierna Venezuela, gritaba a los cuatro vientos, a lo largo del período anterior a las votaciones, que la institución del voto era algo angelical, prístino, diáfano, pluralista, limpio... ¡Claro que estaba convencido que esa farsa de revolucionarios iba a ganar de plano! Las bolitas del casino, ayudadas por dirigentes oposicionistas divididos y pueblo abobado, se transfiguraron en heraldos del demonio; pero la historia continúa y vendrán aires frescos.

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NOTAS AL PIE DE PÁGINA:

(*) PSUV. Pardido Socialista Unido de Venezuela.

(**) Acción Democrática y Copei fueron los dos partidos derechistas que gobernaron a Venezuela en tal período.

(***) Como "chavomadurismo" es llamado el período de gobierno de Hugo Chávez y el de su heredero (cantado por él), Nicolás Maduro.

FUENTE DE IMÁGENES: https://pixabay.com/es/illustrations/votar-votaci%c3%b3n-boleta-de-votaci%c3%b3n-3569999/ https://pixabay.com/es/illustrations/venezuela-ch%c3%a1vez-latino-bol%c3%advar-5159703/ https://pixabay.com/es/illustrations/venezuela-bandera-mano-patri%c3%b3tico-646973/ https://pixabay.com/es/images/search/pobreza/


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Lo que a mí me sorprende es que sigan creyendo que se puede lograr un cambio a través de las elecciones. Hasta donde sé no hay país grande donde se haya generado un verdadero viraje político por medio del sufragio. Cambian los partidos, cambian los nombres y apellidos, cambian los colores. Pero las políticas de fondo, las estructuras, se mantienen intactas.

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