Claves para retrasar el envejecimiento cerebral. (Segunda parte)

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     Mi sincero abrazo y saludo a todos, estimados amigos. Nuevamente me encuentro entre esta distinguida audiencia que lee y que investiga temas de intereses diversos relacionados con las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM); y más, especial el cariño para quienes se interesan por estudiar todo lo concerniente a su salud mental, tan dejada de lado en estos tiempos convulsos. Con esta publicación daré continuación a la anterior que refería a la temática de cómo podemos prorrogar el envejecimiento cerebral. Puedes revisar la primera parte clicando aquí.

     Como es claro, en la ancianidad aumentan las probabilidades de padecer muchas enfermedades. Sin embargo, como dejamos claro ya, gran parte de las mismas, especialmente las que se suscitan durante el envejecimiento dependen directamente del estilo de vida que desarrolle cada persona. Incluso las patologías llamadas “genéticas” y su expresión clínica. Además, añadiré textualmente palabras de Rita Levi-Montalcini, a sus 100 años de vida activa:

“[…] frente a la mirada negativa de la vejez existe un antídoto: ser conscientes de nuestra enorme capacidad cerebral porque el uso continuo de estas capacidades, distinto de lo que sucede con los demás órganos del cuerpo, no las desgasta. Más bien, como una paradoja, fortalece y saca a relucir unas cualidades que habían permanecido ocultas en el torbellino de las actividades desplegadas en el transcurso de las fases anteriores del recorrido vital”.

     De esas palabras tan bien pensadas y expresadas, además de experimentadas por la Dra. Montalcini, me afianzaré para continuar con otras claves que se pueden aplicar en el estilo de vida para enlentecer el envejecimiento cerebral. Acompáñame en esta lectura amena y beneficiosa para nuestra salud.


Claves para retrasar el envejecimiento cerebral

     Veíamos en el post previo a este las tres primeras claves para relentizar el envejecimiento cerebral: 1) Alimentarse bien; 2) Ejercitarse físicamente a diario; y, 3) Ejercitar el cerebro sistemáticamente. Sigamos adelante:

Conoce nuevos horizontes (viaja mucho)

     Para nuestra especie y su evolución hasta el día de hoy han sido determinantes esos viajes y desplazamientos constantes, con un contexto siempre diferente, los cuales han cooperado para que el cerebro gane flexibilidad para cambiar y reinventar su estructura ante lo novedoso. Viajar quiere decir, esencialmente, aprender y memorizar; o sea, modificar el cerebro para bien, tal como se demuestra en trabajos científicos recientes. Esto es posible gracias a la adquisición de percepciones y memorias nuevas, estímulos, desafíos, idioma, estrés positivo; todos estos de tipo novedoso para el cerebro.

     No ocurre así, cuando la vida se restringe a estar en casa o solamente, y como rutina, salir a dar un paseo al parque, leer la prensa, ir a la reunión de amigos, uno puede anticipar ya, casi con exactitud, lo que va a suceder en ese día. Todo es tan recurrente que llega a convertirse en predecible para nuestro cerebro, lo cual significa que el cerebro trabaja poco o, si se quiere, que tiene poco que aprender y memorizar. De este modo pueden pasar los días, muchos días, para mucha gente ya jubilada.

     Viajar redunda en “estrés bueno” continuado. O lo que es igual una conducta que desarrolla la carga de actividad requerida para tener activo nuestro cerebro. Lo bueno de viajar inicia cuando se concibe un futuro viaje. Luego, con la planeación, reelaboración y retoques del plan de viaje muchas áreas del cerebro están constantemente activas. Pero lo más importante es la emoción que se imprime a dicho evento. En esa emoción entra primero la curiosidad y con ello el trabajo mental para ir analizando, trazando y adelantando las nuevas experiencias que uno espera descubrir. En ello radica el “estrés bueno”.
     Estrés bueno, es el tipo de estrés que se asocia con problemas que la persona sabe que es capaz de manejar en casi todas sus variables y que lo mantiene atento y pendiente de algo, porque sabe, que, aun siendo nuevo e inexplorado, “puede con ello” y que en esencia “no amenaza su vida”. Es el tipo de estrés que a uno le gusta y goza viviéndolo y resolviendo los problemas que trae consigo.


Vivir acompañado

     El ser humano, su salud mental, requiere del “calor emocional” de sus pares, de su presencia sensorial y física y del lenguaje y los silencios de los demás. La supervivencia individual del humano, desde su génesis, ha sido supervivencia grupal; es decir, individuos integrados con los “otros”, somos seres gregarios.

     Es bien sabido y comprobado que para mantener una buena salud mental es necesario e imprescindible cultivar excelente y constante relación con los demás. Que es mejor vivir con otros y nunca solos. Y, en efecto, análisis psicológicos y sociológicos recientes llevan a la conclusión de que llevar un estilo de vida activo e integrado socialmente mantiene una capacidad mental mayor y resguarda contra la demencia y la enfermedad de Alzheimer. No así, el aislamiento social, vivir fuera de la interacción en un grupo, llámese este, familia y/o amigos minimiza las capacidades mentales, acelera el proceso de deterioro por la ancianidad y conlleva a una esperanza de vida aminorada y a un riesgo elevado de padecer demencias o enfermedad de Alzheimer.

     La razón de este argumento es clara. El cerebro requiere de ese alimento constante que sólo los estímulos sensoriales y los demás seres humanos pueden brindar. Sin esas referencias diarias, el cerebro, nuestro maravilloso cerebro, las fabrica, produciendo alucinaciones, precisamente porque las necesita para escapar del suicidio mental. La clave para una buena salud mental radica, pues, en vivir siempre acompañado. Vivir con alguien con quien se pueda mantener un diálogo constante y sobre todo abrir una brecha emocional con esta persona, la cual se mantenga a lo largo del tiempo.


Adaptarse a los cambios sociales

     Adaptarse a los cambios sociales quiere decir, hacer frente, constantemente a lo novedoso y llegar a beneficiarse activamente de esto, de modo de poder aprender y memorizar todo lo referido a nuevas tecnologías. Esto significa, por ejemplo, aprender a manejar las redes sociales, lo cual implica moverse hacia una cosmovisión complementaria al de las relaciones personales humanas directas. Se puede comenzar aprendiendo a usar el correo electrónico, las notificaciones de Whatsapp, Facebook u otra red social; hasta llegar a administrar cuentas de mercados en línea, con las que pueda el adulto mayor realizar desde su computadora o celular, compras de abastecimiento mensual, o un pasaje de avión, realizar trámites online, entre otros.

     Se debe aceptar que el mundo electrónico se ha impuesto, y es necesario derribar cualquier barrera que exista en la comunicación social y en las interacciones sociales de esta nueva visión de mundo. Y si en efecto es una realidad contemporánea para los viejos y creemos que no lo será en el futuro para los que siendo hoy menos viejos ya manejan todas estas tecnologías, erramos, porque cuando los que hoy son «menos-viejos» lleguen a «viejos-viejos» las múltiples nuevas tecnologías llegarán con los más jóvenes y se reiniciará el ciclo. Así que, no hay nada a lo qué temer con las nuevas tecnologías, salvo restringirse a no usarlas. Tome su computadora o su teléfono y comience a clicar y aprender todo cuanto pueda, es un desafío lleno de experiencias bien interesantes.


Duerma bien, solo con la luz del firmamento

     Hoy día, son pocas las comunidades o individuos que toman tiempo para mirar y lograr ver las estrellas en el firmamento. La contaminación ha roto esta posibilidad, sobre todo en las grandes ciudades. Y sorprendentemente esto ha interferido en la conciliación de un buen sueño nocturno, el cual es esencial para el buen funcionamiento cerebral.

     Cuando es de noche, la luz artificial se interpone en los periodos de sueño de una forma que antes no lográbamos precisar. La razón se debe a que un factor inesperado ha entrado en la escena biológica. A este se le conoce como melatonina, conocida como la “hormona de la oscuridad”. Esta hormona se segrega en la glándula pineal al transcurrir la noche y actúa como un poderoso antioxidante en casi todas las células y tejidos de nuestro organismo, incluyendo sistemas clave como el inmunológico, el hormonal y el cerebro. Esta acción antioxidante, y por ende la que neutraliza los radicales libres, es lo que la convierte en una hormona con una alta capacidad de restauración y reparación celular nocturna.

     Pero, la melatonina es una hormona en extremo sensible, sobretodo a la luz, tanto que, si un individuo dormido despierta y hay una luz encendida en su cuarto, se suprime su secreción y se suspende su función reparadora. Y aun cuando es cierto que al apagar la luz comienza de nuevo la segregación de melatonina, esta vez sucederá de un modo relativamente lento, con lo que la función reparadora celular ahora será más débil. De modo, que inferimos y recomendamos respetar las horas y ambientes de descanso como clave para ese “buen envejecer”.


Dar sentido a la vida con gratitud

     Por último, diremos que la gratitud es uno de los gestos humanos más bellos. El agradecimiento llega a unir con lazos irrompibles al que agradece con el que recibe el agradecimiento. Es, ciertamente una acción muy personal e íntima, pero que se extiende a toda la sociedad que nos rodea. Y de cuando hablamos de la gratitud como clave para envejecer bien, nos referimos a esa actitud que se puede y se debe manifestar todos los días obrando en favor de los demás, particularmente cuando se es viejo.

      El envejecimiento es el momento justo para “darse”, para crear lazos nuevos y romper otros ya caducos de modo de ser conscientes de que hay que empezar a andar por el mundo libres del lastre de muchos elementos angustiantes, generadores de estrés negativo y de sentimientos nocivos para la salud mental y social. Envejecer bien, es decir, de modo saludable, debe procurar crear una conducta que nos mueva, al sentimiento de seguir siendo útiles. Y esto último sólo se logra dando sentido permanente a la propia vida, sintiéndose necesario. Ser anciano, sano y de “mente clara” debe ser un don incomparable. Y cuanto mejor sería si en la ancianidad, cuando hay poco que ganar y nada por qué competir, se lograr ser felices con las pequeñas cosas de la vida. La felicidad procede de una sonrisa sin buscar nada en ella. Por ello, agradezca siempre, siéntase útil y sea feliz con lo que hace, aunque sean pequeñas acciones.


Conclusión

     Como bien lo declaró el inolvidable Platón en La República:
“… a medida que van debilitándose otros goces, los placeres físicos, van creciendo mis necesidades y goces por las cosas espirituales... y es entonces cuando la vejez... provoca en mí un enorme sentimiento de paz y liberación. Una vez que la tensión de los deseos ha llegado a su fin, una vez que éstos se han distendido, entonces se confirman por completo las palabras de Sófocles: viene a ser como despedirse de innumerables amos. ¡La Felicidad completa!
     Finalmente, la adopción de estas claves como hábitos de vida conducirá no sólo a prorrogar el envejecimiento del cerebro, sino también a un prolongamiento de nuestra vida. Así que, bien merece la pena intentar aplicar no solo estos pasos que les he traído como propuesta en este blog, si no todos aquellos consejos que se tengan como valederos para vivir bien y envejecer mejor. ¡Hasta una próxima entrega, amigos queridos!

Mi invitación es para que te unas a la comunidad @stem-social en donde se aprecia el contenido referente a ciencia y afines que se publica en esta plataforma. También, recuerda que la originalidad es una marca personal de todo buen escritor.

“STEM-social, es una comunidad científica, cuyos profesionales de la salud, representan un importante factor educativo y orientador, en la búsqueda y recuperación de un óptimo estado bio-psico-socio-espiritual, del individuo"

Recuerda que puedes utilizar las etiquetas @stem-social y @steemstem si tus contenidos son de interés científico.

Referencias bibliográficas:

  • FERNÁNDEZ-BALLESTEROS, R. (2009): Envejecimiento activo. Ediciones Pirámide, Madrid.

  • MORA, F. (2008): El científico curioso. Temas de Hoy, Madrid.
    – (2008): El sueño de la inmortalidad. Cerebro, dogmas y esperanzas. Alianza Editorial, Madrid.
    – (2008): El reloj de la sabiduría. Alianza Ensayo, Madrid.
    – (2009): El bosque de los pensamientos. Alianza Editorial, Madrid.
    – (2009): Cómo funciona el cerebro. Alianza Ensayo, Madrid.

  • SEGURA, R., WEBB, S., TOVAR, J. L., y GAUSÍ, C. (2000): Los minerales y la salud. Plaza y Janés, Barcelona.


Fuentes de imágenes utilizadas:

1; 2; 3; 4; 5 ; 6; 7.



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No sé qué me fascina más, si tu publicación o el hecho de enterarme que sigues haciendo contenido querida @yrmaleza, es increíble el que me llegaran todos los buenos recuerdos de la cadena anterior contigo, haciendo música por todo lo alto jajaja

Me encantó cómo tocaste este tópico tan particular como lo es el envejecimiento cerebral, y más allá de ello he visto personas que tienen edades avanzadas haciendo proesas increíbles como por ejemplo bailar y ser lanzadas en el aire (en todo el sentido literal de la palabra), entonces concuerdo totalmente que la única manera de no dejar que el cerebro envejezca es dándole actividad, siendo una persona saludable y estimularlo de la manera que se pueda, con sudokus, ajedrez, bailando, aprendiendo a cantar, a tocar un instrumento, un nuevo idioma, cualquier cosa que nos ponga a prueba.

Además, me fascinó la sección que habla de la compañía, pues yo siempre he sido un ser humano cálido y siento una terrible fobia a la soledad como no te imaginas, entonces veo escenarios en mi mente de abuelitos que se quedan solos y por eso entiendo por qué terminan agotados, amargados, tiene sentido que eso ocasione desgastes terribles.

¡Sigamos creciendo! ¡Gracias por mantenerte activa!

¿Quién es @ilaz.aliento?

¡@ilaz.aliento es un proyecto creado como una extensión del proyecto @aliento con el apoyo de @theycallmedan!

Si quieres más información al respecto, te invitamos a que leas nuestro post de introducción haciendo click aquí.

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Graciaaaas. Que honor tenerte entre mis amigos, querido Guille. Ya seguiremos haciendo musica, la mejor que se halla oido ... Te apoyo al cien con este proyecto. Ya haré mi contribución, y así seguimos creciendo. Te mando un abrazo del tamaño del cielo.
Por cierto, hablando de mi post, uno de los temas que más me aterran es la soledad, hay que trabajar con mucho amor en la crianza familiar para que rn nuestra senectud estemos rodeados de la gente amada. Viva la vida.

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