Mimetismo presente en ejemplares del orden Mantodea

La siguiente publicación tiene como objetivo fundamental el destacar ciertas estrategias evolutivas que emplean algunos insectos del orden Mantodea para poder sobrevivir a la presión natural que generan los ecosistemas terrestres, sobre todo cuando estos insectos se encuentran en fases inmaduras, momentos en los que son más susceptibles o vulnerables ante los depredadores. De esta manera, te invito a que le des seguimiento a la siguiente lectura para conocer más detalles sobre las llamadas mantis religiosas.

^{"Mantis religiosa" imitando la morfología de una hormiga.}

En el mundo de los artrópodos son muchos los aspectos que se pueden destacar sobre estas interesantes formas de vidas, pero siempre habrán cosas que prevalecerán sobre otras en cuanto se habla de estos invertebrados, por ello el campo de la zoología tiene tantas áreas o especialidades con sus propias fortalezas que buscan darle sentido y forma a todo lo que involucra al reino animal, siendo una de las más complicadas la entomología. En este sentido, los insectos y otros artrópodos se han vuelto pilares dentro de la investigación para conocer como era la vida en épocas muy antiguas y que tan importante fue la evolución de sus especímenes, pues, estos seres vivos han demostrado ser de los que mejor se adaptan a los cambios ambientales y por ende, llevan millones de años habitando el planeta, por lo que todavía pueden haber muchas cosas que descubrir de los mismos.

Por otro lado, uno de los puntos de partida es la manera en como han logrado disminuir el impacto que generan las hostilidades que presenta un determinado entorno, como sabemos, un ecosistema está compuesto por componentes vivos (bióticos) y otros no vivos (abióticos), estos últimos a pesar de no tener vida son completamente necesarios para la existencia de los primeros, mientras que los vivos se mantienen interconectados los unos a los otros mediante lo que se conoce como red trófica, aunque también existen otros tipos de relaciones ecológicas entre seres vivos que resultan ser menos agresivas e igual de importantes para el ambiente. Ahora bien, esta llamada red trófica se convierte en uno de los principales factores que genera presión sobre un artrópodo u otra forma de vida, pues, ellos deben luchar por no ser la presa, conseguir alimento y por lograr dejar descendencia, siendo fundamental el poder generar estrategias que les permitan estirar un poco más sus periodos de vida al lograr disuadir a sus depredadores naturales. A partir de este punto entran en juego los diferentes tipos de mecanismos de defensa que han desarrollado los insectos, siendo algunos de estos herramientas para provocar daño en el rival, mientras que otros son mucho más sutiles y son empleados para ahuyentar o para esconderse (camuflaje y mimetismo).

^{Una pequeña mantis que imita la morfología y el actuar de las hormigas.}

El mimetismo y camuflaje son uno de los métodos naturales más conocidos que aplican los artrópodos para sobrevivir, sobre todo los insectos. Para esto, los insectos cuentan con una amplia gama de colores que les permiten unirse a algún componente de su entorno, causar miedos e inseguridad en sus agresores o sencillamente para indicar peligro (aposematismo), pero también existen otras tácticas que llevan el engaño a otro nivel, pues, algunos insectos evolutivamente han adquirido estructuras morfológicas que les permiten poder asemejarse externamente a otro ser vivo, un método que no solo les sirve para evitar a un determinado depredador, sino que también puede ser empleado para infiltrarse entre las poblaciones del animal al que imitan con el propósito de alimentarse o desarrollarse. Las distintas formas y coloraciones que presentan estos organismos hexápodos son parte del secreto por el que han podido mantener a sus especies durante tanto tiempo en el planeta, ya que el mantenerse ocultos o el denotar peligro puede evitar que sus números poblacionales desciendan o se vean afectados desmesuradamente por la acción de sus enemigos naturales, aumentando así sus posibilidades de éxito.

A pesar de que muchos insectos no cuentan con un medio para infligir daño durante un eventual ataque, la naturaleza y el tiempo les proporcionó una forma muy similar a la de otro insecto que si tiene alguna herramienta orgánica para defenderse (mimetismo batesiano), por lo que un depredador probablemente no podrá distinguir si su presa será o no peligrosa, optando por buscar algún otro animal que pueda servirle de alimento sin muchos inconvenientes.

^{El mimetismo que presentan algunas mantis.}

Las llamadas mantis religiosas no son precisamente organismos indefensos, ya que estas cuentan con un par de patas especializadas para capturar presas, el éxito de estas patas se debe básicamente a la forma en como está estructurada cada pieza, ya que la cara interna de estas extremidades están provistas de espinas que se incrustan en sus víctimas a medida que la mantis ejerce presión, causando daño y evitando que la presa escape. A su vez, un ejemplar adulto tiene colores que les facilitan el poder camuflarse entre la vegetación, también pueden contar con patrones en sus alas que las hace ver amenazantes al momento de plegarlas y, como añadido, son insectos muy pacientes que en un parpadeo pueden capturar a cualquier presa que pase junto a ella, lo que las convierte en uno de los depredadores más dominantes de la clase Insecta; sin embargo, no todo en estos hexápodos que pertenecen al orden Mantodea es color de rosa, ya que estas también son presas de otros grandes depredadores del reino animal, en donde también se incluyen a otros artrópodos que cuentan con medios para poder depredar a insectos tan imponentes como las mantis, un ejemplo de depredadores de mantis puede estar en arácnidos o en algunos himenópteros (avispas) de grandes dimensiones.

Los miembros del orden Mantodea son insectos de metamorfosis simple, esto quiere decir que desde que emergen de un huevo guardan mucha similitud con los ejemplares adultos, pero con menor tamaño, otros colores, sin alas y sin órganos reproductores desarrollados. Durante estas etapas inmaduras son insectos muy vulnerables, ya que prácticamente no cuentan con algún medio válido para defenderse y tampoco tienen alas para huir, lo que los convierte en presas muy fáciles para otros organismos. Aún así, algunas especies de estos insectos han adquirido adaptaciones en sus cuerpos que les permiten imitar a otros insectos durante las etapas como ninfa, el insecto al que por lo general tienden a imitar son a las hormigas, de preferencia, algún tipo de hormiga que cuente con aguijón para defenderse.

^{Ninfa de mantodeo imitando hormigas.}

El tipo de mimetismo que emplean algunas ninfas de mantis es el batesiano, ya que las mantis no cuentan con aguijón para defenderse y durante estas etapas tampoco cuentan con la fuerza necesaria para lastimar a grandes depredadores, pero el imitar a hormigas de géneros como el Ectatomma o el Odontomachus puede ser una buena táctica para disuadir a depredadores, ya que estas hormigas son muy reconocidas por las dolorosas picaduras que pueden propinar al sentirse amenazadas, además tienden a ser muy territoriales lo que aumenta la peligrosidad de las mismas ante depredadores. A su vez, los ejemplares adultos de mantis suelen estar más relacionados con el camuflaje al obtener con el desarrollo colores ligados a partes aéreas de las plantas como las hojas o las flores, un ejemplo de esto último puede apreciarse en la especie Hymenopus coronatus, esta suele situarse en las flores de las orquídeas a la espera de presas, para esto cuenta con las particulares tonalidades que presentan dichas flores, así puede camuflarse perfectamente. En la imagen inicial de esta publicación, podrán apreciar de una mejor manera el perfecto mimetismo de una ninfa de mantis en relación a un himenóptero u hormiga del género Ectatomma.

^{Ninfa de mantis con mirmecomorfía.}

La táctica de engaño que emplean ciertas mantis no es exclusivo para un solo tipo de hormiga, con esto se hace referencia a que según la especie de mantis estas pueden tener una morfología muy similar a la que presentan diversas hormigas, por lo que además de los ya mencionados géneros de hormigas que pueden imitar (Ectatomma o Odontomachus) también se pueden incluir algunas del género Camponotus. Asimismo, este tipo de mimetismo relacionado a hormigas se denomina desde el punto de vista científico como mirmecomorfía, este no solo es practicado por mantis, sino que hay otros tipos de artrópodos que presentan esta misma táctica de engaño. De igual manera, lo más asombroso que se puede destacar de este particular fenómeno es que todo no solo se limita a emular la morfología, sino que también se añade que el imitador llega a replicar incluso los movimientos y la conducta de la hormiga, convirtiendo todo en un mimetismo perfecto en donde incluso nuestra especie puede ser engañada, por ende, muchas veces lo que vemos no es lo que parece ser.

Por otro lado, así como hay mantis que directamente buscan imitar a hormigas, también hay otros insectos que guardan mucha similitud morfológica con las mantis religiosas, un ejemplo de esto se puede notar en los neurópteros de la familia Mantispidae, estos insectos pueden parecer mantis, pero en realidad son otros tipos de miembros de la clase Insecta que no tienen nada que ver con los mantodeos, además también algunas de sus especies parecieran ser mezclas entre mantis, avispas y neurópteros, esto no se trata del todo de un tipo de mimetismo, siendo muy probable que sea uno de los grandes ejemplos de convergencia evolutiva en la naturaleza.

^{Características morfológicas de una mantis.}

Dentro de la morfología de este ejemplar de mantodeo tenemos que, al ser una ninfa su tamaño es muy pequeño, situándose aproximadamente en los 7 mm. Su coloración predominante es el negro, pero sus patas poseen tonos rojizos oscuros, otorgándoles esto una indudable similitud con hormigas Ectatomma y Odontomachus, también su abdomen es puntiagudo y simula contener un aguijón, pero es solo en apariencia. A su vez, el primer par de patas es del tipo raptora, son las que normalmente las mantis mantienen dobladas sobre su tórax mientras esperan la llegada de alguna presa; sin embargo, debido al elevado nivel de mimetismo de esta ninfa de mantis, dichas patas son dobladas de una manera en que la ninfa puede apoyarlas sobre el suelo y caminar con un perfil bajo como el que presentan las hormigas, proyectando esto una mayor velocidad a la hora de desplazarse. Toda la morfología que presenta esta ninfa de mantis está ajustada para emular a las hormigas, incluso presentan la clásica "cintura" (peciolo) que poseen las hormigas y otros himenópteros apocritos, pero su cabeza y ojos son las que no concuerdan con la de ningún miembro de la familia Formicidae, es decir, con las hormigas.

Las hormigas son seres vivos que están adaptados para vivir bajo el suelo o en lugares con ausencia de luz, por este motivo sus ojos compuestos en lugar de desarrollarse se quedaron muy pequeños, esto hace que dichos insectos tengan una visión muy limitada. Ahora, si observamos la cabeza de esta mantis sus ojos compuestos son enormes y de un color particular, las hormigas tienen ojos compuestos muy pequeños y de colores opacos como el negro, además la forma de las antenas es muy diferente tanto en mantis como en hormigas. Por lo que siguiendo estos puntos, podemos saber si lo que vemos es una hormiga o una de estas mantis imitadoras.

^{Ninfa de mantis acicalándose.}

Las mantis como otros insectos, durante ciertos momentos del día deben limpiar sus cuerpos para librarlos de impurezas que pueden interferir con sus estilos de vida. A su vez, su bien más preciado termina siendo el primer par de patas, siendo este el que está adaptado para capturar a sus presas, por este motivo es algo muy común que cuando se observe a una mantis esta se detenga y comience a limpiar estas patas y a quitar la suciedad que se puede acumular en sus ojos compuestos, de esta forma pueden librar dichas estructuras de patógenos o de algún residuo que les haya dejado alguna de sus víctimas. Al buscar imitar a un ser tan móvil o laborioso como lo es una hormiga, estas mantis no pueden quedarse en un lugar fijas a la espera de una presa, en su lugar se mueven de un sitio para otro a gran velocidad, haciendo solo pausas en zonas que considere seguras, por ejemplo, bajo una hoja o en algún punto de la corteza de un árbol. Durante los momento en los que se está desplazando, sus antenas se mueven rápidamente, esto no solo les permite captar las anomalías de sus alrededores, sino que también forma parte de la táctica de imitación a la que están envueltas, pues, las hormigas suelen usar sus antenas para poderse guiar, motivo por el que siempre se les ve mucha actividad en estas estructuras sensoriales.

En el mundo hay más de 2.000 especies de mantodeos, estas se encuentran repartidas en todos los continentes, exceptuando aquellas regiones en donde las temperaturas sean muy frías, por lo que están mejor adaptadas a climas tropicales. A su vez, no son muchas las especies de mantis que imitan a las hormigas u otros himenópteros durante ciertas etapas de sus vidas, pero lo complicado es lograr identificar a estos ejemplares imitadores mientras son ninfas, en la familia Hymenopodidae hay algunas especies que durante etapas juveniles imitan a hormigas, por ejemplo se puede hacer mención del género Odontomantis, estando estas especies más inclinadas al continente africano y al asiático. Asimismo, otra de las familias que cuenta con esta habilidad imitadora es la Mantoididae, muchas de estas además de hormigas, en etapas como adulto pueden imitar o asemejarse a avispas.

El ejemplar que se ha presentado a lo largo de esta publicación es muy probable que pertenezca a esta familia conocida como Mantoididae, es una ninfa que por el momento no ha alcanzado la adultez, por este motivo la identificación de la especie suele tener mayor grado de dificultad, ya que tampoco son insectos muy comunes de encontrar y, por ende, es muy poco lo que se puede encontrar con respecto a este tipo de ejemplares.

Estos insectos desde un punto de vista general son depredadores muy activos, por lo que pueden presentar actividad de caza tanto en el día como en la noche. De igual manera, en el mundo existe mucha variedad de estos insectos, muchos de ellos alcanzan tamaños considerables que les permiten someter y consumir a organismos vertebrados como pequeños reptiles, anfibios y aves. Por su parte, las especies de mantis más pequeñas solo se limitan al consumo de artrópodos de pequeñas dimensiones, por lo que estas pueden ser de mucha ayuda para el control de determinadas plagas; sin embargo, anteriormente mencioné que hay algunos organismos que son depredadores naturales de mantis, los murciélagos son de los grandes consumidores de insectos que existen y los mantodeos entran entre sus alimentos preferidos, por este motivo estos insectos cuentan con métodos de camuflaje, mimetismo y, además, cuentan con un órgano que les permite captar los sonidos que son emitidos por estos mamíferos voladores, por lo que pueden realizar vuelos en un cierto sentido para tratar de confundir a los murciélagos y evitar caer en sus fauces.

Por otro lado, el hecho de ver a una mantis sin alas no siempre quiere decir que se trata de una ninfa, ya que hay un género de estos insectos que se conforma por mantis ápteras, es decir, que no cuentan con alas en ninguna etapa de sus vidas, este género se conoce como Apteromantis. El problema que tienen estas especies de mantis es que pueden llegar a ser presas más fáciles y la propagación de las mismas en una zona es más complicada, por este motivo estas especies se limitan a muy pocos países y muchas de ellas se encuentran bajo observaciones debido al descenso numérico de sus poblaciones.

Todo el material fotográfico compartido en este post pertenece al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas a través de un teléfono móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva.

Algunas referencias e información importante:

Mirmecomorfía en insectos

Mimetismo batesiano y mülleriano en insectos

Curiosidades sobre mantis religiosas

Familia Hymenopodidae