Mecanismos de supervivencia y características generales de lepidópteros del género Automeris

Sean todos bienvenidos nuevamente a mi blog. En esta ocasión, se socializará sobre los mecanismos de supervivencia que han adoptado algunos lepidópteros para poder sobrevivir al entorno o ecosistema que han escogido como hogar; tomando como referencia a una especie de polilla anclada al género Automeris, por lo que te invito a continuar la lectura del presente artículo para conocer aún más sobre estos insectos.

Gran parte de los componentes bióticos presentes en un determinado ecosistema, han pasado por diversos procesos evolutivos que les ha facilitado en cierto sentido el poder sobrevivir a la presión generada por su entorno. Los diferentes obstáculos que debe superar un ser vivo no va solo referido al clima o a la temperatura, sino que también tienen una fuerte carrera contra el reloj biológico y contra la cadena trófica, es decir, deben evitar a toda costa el ser consumidos por otro organismo. Es por esto que, a pesar de que muchos provengan de un ancestro en común, se han visto en la obligación de realizar cambios fisiológicos o morfológicos que les permitan tolerar de mejor manera al ambiente y evitar lo más que se pueda el ser alimento fácil de otro, todo esto con la finalidad de que su especie pueda mantenerse en el tiempo.

Los artrópodos son de los organismos más llamativos si se hace énfasis en los aspectos anteriormente mencionados, pues, la gran diversidad que presentan estos es realmente asombrosa y, además, son organismos con capacidades envidiables para adaptarse a determinados cambios, mismos que probablemente otro animal no podría soportar. De igual manera, insectos como los lepidópteros los cuales se observan frágiles e inofensivos, han sabido aprovechar sus capacidades para llevarlas a otro nivel y lograr repeler o disuadir los diferentes peligros que les toca afrontar diariamente; incluso, muchos de estos insectos alados han dejado de lado sus piezas bucales con el pasar del tiempo para únicamente centrarse en la reproducción una vez que alcanzan la adultez.

Los lepidópteros más allá de los vistosos colores con los que suelen cautivarnos, esconden muchas cosas que aún son desconocidas por nuestra especie, es por ello que por medio del presente artículo discutiremos algunos de los aspectos, estrategias y mecanismos más destacables que se pueden observar en estos invertebrados, haciendo énfasis en ejemplares pertenecientes a la familia Saturniidae y al género Automeris.

Por otro lado, la familia Saturniidae además de ser una de las más numerosas de todo el orden Lepidoptera, alberga también a algunos de los ejemplares más grandes entre todas las mariposas y polillas, tal es el caso de la Attacus atlas la cual puede alcanzar los 30 centímetros incluyendo sus alas. Este grupo de polillas nocturnas es de las más conocidas y llamativas, pues, gran parte de sus especímenes poseen un buena diversidad en lo que respecta a colores, albergando ejemplares que poseen colores muy vivos pese a ser de hábitos completamente nocturnos, algo que es poco común.

Dentro de esta gran familia existen algunos ejemplares que son considerados de importancia médica, no directamente la polilla, pero si sus estadios juveniles (orugas). Este taxón se compone actualmente de aproximadamente 8 subfamilias, siendo estas la Arsenurinae, Cercophaninae, Agliinae, Ceratocampinae, Oxyteninae, Saturniinae, Salassinae y Hemileucinae. En esta última subfamilia se ubican 2 tribus siendo una de estas la Hemileucini, misma que a su vez agrupa a 52 géneros y destacan diversas especies que además de poder convertirse en plagas de ciertas plantas, poseen un mecanismo de defensa que en determinadas circunstancias puede poner en riesgo la vida del afectado, motivo por el que algunas son consideradas de importancia médica, tal es el caso de las pertenecientes al género Lonomia por citar algún ejemplo.

Otro de los géneros más reconocidos de la familia Saturniidae es el Automeris, este taxón posee más de 150 especies y se distribuyen en el continente americano. Estas polillas no suelen superar los 5 centímetros de longitud, pero algunas de ellas poseen colores vistosos que advierten que su sabor no es para nada agradable, esto es lo que se denomina coloración aposemática y a su vez, esto se convierte en una de las principales estrategias que este tipo de polillas emplea para sobrevivir. De igual manera, otros ejemplares poseen una coloración más opaca y mientras no estén en vuelo, esto les permite parecerse a una hoja seca, gracias a esto pueden pasar como inadvertidos ante los ojos de otros animales; sin embargo, el género Automeris también cuenta con otro detalle que ayuda a su permanencia en los ecosistemas, y es que, como han podido observar desde la fotografía inicial, esta polilla oculta un excelente patrón colorido bajo sus alas anteriores, en este caso mantienen las alas posteriores ocultas y luego al sentirse amenazadas muestran lo que esconden en estas.

Este tipo de lepidóptero posee sobre sus alas posteriores 2 marcas u ocelos, estos poseen la forma de 2 grandes ojos perfectamente emulados, puesto que, incluso el reflejo del impacto de la luz sobre una pupila se puede notar, esta estrategia evolutiva hace que cuando el insecto se sienta en peligro despliegue sus alas y muestre dichas marcas, logrando esto que la polilla se vea más intimidante, además, también pueden mantener las alas desplegadas con el propósito de hacer creer a cualquier depredador que lo están observando. Como sabemos, gran parte de los predadores se basan en emboscadas, por lo que siempre buscan atacar al más débil o al que esté despistado, es por ello que cuando se está en contacto con algún depredador de gran tamaño (en nuestro caso), siempre se recomienda que jamás se les dé la espalda ya que prácticamente les estaríamos mostrando nuestro lado más débil y además, estaríamos cayendo en el hecho de que seríamos presas fáciles; los animales se piensan muy bien a quién y cuando atacar, es por este preciso motivo, que los ojos emulados de esta polilla ayudan a engañar al depredador al hacerle creer que ya lo están viendo y éste posiblemente decida buscar a otra presa.

Este tipo de cosas son las que más fascinación suele causar en muchos de estos invertebrados, sobre todo cuando dejamos de verlos de manera superficial y se les busca el propósito desde lo científico a dichas coloraciones, comportamientos o cualquier otro mecanismo que presenten.

Por otro lado, el ejemplar presentado hasta ahora corresponde probablemente a una Automeris jucunda; no obstante, no hay un 100% de que sea la especie mencionada, esto debido a que existen otros ejemplares de dicho género que se le asemejan a esta y solo se obtuvo al ejemplar adulto, lo que dificulta un poco más la identificación. Otro ejemplar semejante a esta es la popular Automeris io, sin embargo, la de la fotografía no posee los característicos destellos rojizos en las alas posteriores que tiene una A. io, por este motivo se descarta, ya que esta última no posee variaciones fenotípicas muy marcadas entre sus miembros, cosa que si ocurre en otros ejemplares de coloración predominante amarilla como lo es la Automeris jucunda. A su vez, también es importante acotar que el ejemplar de las fotografías es un macho, siendo estos los que poseen tonalidades amarillentas muy marcadas y antenas emplumadas, las cuales usan para lograr captar las feromonas emitidas por las hembras.

Las hembras suelen ser mucho más grande que los machos y su coloración es más opaca, asemejándose en gran medida a hojas secas mientras están posadas en alguna superficie, del resto poseen el mismo tipo de marcas en las alas posteriores que se asemejan a ojos, aspecto al que deben el apodo de polillas ojos de venado.

^{Automeris io, autor foto: Andy Reago & Chrissy McClarren CC BY 2.0}

A pesar de poseer buenos métodos para sobrevivir cuando son imago (adultos), las polillas del género Automeris también poseen otra buena defensa en sus etapas como oruga, y es que, las orugas poseen tonalidades verdes, rojas o amarillentas (según la especie) que les ayudan a mezclarse con la vegetación presente en su hábitat, asimismo, una serie de setas modificadas y rígidas hasta el punto de asemejarse a espinas recubren todo el largo de sus eruciformes cuerpos. Por medio de estas espinas las orugas son capaces de expulsar ciertas dosis de compuestos tóxicos que almacenan a medida que se alimentan de la planta nutricia, estos compuestos son liberados cuando algo toca o rompe alguna de estas espinas produciendo lo que se denomina desde el punto de vista médico como erucismo.

^{Automeris io, autor foto: Resenter1 from Roma, Italia CC BY 2.0}

Los síntomas o la gravedad que provoca el contacto con estas orugas no es comparable con el de otras especies juveniles de lepidópteros, tal es el caso de los pertenecientes a los géneros Lonomia o Megalopyge los cuales poseen efectos adversos que incluso pueden acabar con la vida del afectado, aunque esto último rara vez ocurre. Sin embargo, si la persona trae problemas médicos de base, el contacto con estas orugas puede agravar la salud del afectado; los principales síntomas que se suelen experimentar empiezan con una dermatitis urticante sobre la zona afectada, posteriormente el dolor se puede agudizar y extenderse por toda la extremidad, apareciendo luego la fiebre, náuseas y dolores de cabeza. Desde mi experiencia, el contacto con las orugas Automeris se suele sentir como una quemadura, tuve fiebre y dolor de cabeza, pero más allá de eso no pasó, pero todo esto depende de la persona en sí, ya que no todos los organismos presentan el mismo tipo de síntomas o no lo sienten de la misma manera, aunque la dermatitis urticante si es la más compartida entre los afectados.

^{Automeris io, autor foto: Andy Reago & Chrissy McClarren CC BY 2.0}

El problema que suelen generar estas polillas es que sus orugas pueden convertirse en plagas de diversas plantas como el aguacate o las del género Mangifera, siendo estas plantas muy comunes en cualquier parte del neotrópico, esto aumenta el riesgo del contacto accidental con este tipo de artrópodo, incluso, algunas especies presentan comportamiento gregario, lo que quiere decir que se movilizan como una procesión a otros lugares en busca de alimento y, al estar en zonas urbanas, entonces el riesgo de accidentes puede aumentar y posteriormente, esto induce al hombre a exterminarlas por temor a los síntomas que provoca el contacto con sus espinas.

Por otra parte, la coloración y la forma que tiene puede generar cierta curiosidad en niños y se ven en la necesidad de sujetarlas, siendo esta la causa más común de accidentes en niños; asimismo, también suele ocurrir al momento de subirse a algún árbol para la obtención de los frutos, dada la coloración de estas orugas es difícil precisarlas y todo puede terminar en el indeseado contacto directo de nuestra piel con sus espinas. Siempre recomiendo que antes de subirse o recostarse a algún árbol se observe todo el suelo que rodea a la planta, de manera que, si se observan pequeñas pelotitas o esferas verdes y pastosas, esto es un claro indicativo de la presencia de orugas, debido a que estas pequeñas esferas son sus excrementos, de igual manera, el apreciar muchas hojas parcialmente comidas también puede indicar presencia de orugas.

Otro aspecto destacable de estas polillas en su fase adulta es que poseen el aparato bucal atrofiado o sencillamente está ausente, lo que indica que solo se alimentan durante sus estadios juveniles (orugas) y en sus fases como adulto solo se reproducen. La vida de estas polillas es muy corta, por lo que no tienen tiempo para invertirlo en alimentarse, por este motivo es probable que con el paso del tiempo su aparato bucal se comenzó a atrofiar hasta el punto de volverse inapropiado para consumir algo; de esta manera, estas polillas han logrado seguir perpetuando a su especie, ya que a pesar de tener una vida muy corta, disponen de diferentes estrategias aposematicas y de cripsis que les permiten lograr saltar sobre los diferentes peligros que la vida les pone en el camino, esto sin contar con el mecanismo de defensa que poseen en etapas juveniles, convirtiéndose en ejemplares muy completos y preparados para soportar diversos problemas o las presiones generadas por el entorno.

El presente post se realizó con la finalidad de mostrar una minúscula porción de un mundo que suele ser muy marginado por las personas, siendo este el reino de los artrópodos. A pesar de lo peligrosas o perjudiciales que suelen ser considerados muchas especies de insectos, hay que tener en cuenta que ellos merecen su espacio y que llevan millones de años habitando este planeta, de esta manera, por medio de este artículo se destaca lo hermosos y realmente interesantes que pueden llegar a ser muchas de sus especies y la importancia que conlleva la permanencia de los mismos en este planeta.

Las fotografías marcadas fueron tomadas por el autor @abneagro por medio de un dispositivo móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva. A su vez, las imágenes que no están marcadas son de dominio publico y poseen su respectiva fuente bajo estas.

Referencias e información importante:

Comoglio, Lorenzo & Racheli, Luigi. (2016). Biology of Automeris jucunda (Lepidoptera: Saturniidae, Hemileucinae) with taxonomic notes on A. hamata subgroup. Journal of Insect Biodiversity. 4. 1-7. 10.12976/jib/2016.4.22. (PDF)

Género Automeris

Familia Saturnidae