¿Existe vida sobre el cuerpo de un insecto? | Una particular interacción entre artrópodos

La vida de muchos seres vivos puede resultar ser muy compleja o no muy fácil de entender, sobre todo cuando intentamos buscar una luz al final del túnel que nos muestre cómo aquellos organismos que no somos capaces de ver por sus microscópicos tamaños llegan a sobrevivir tanto tiempo. En vista de esto, quise ver que es lo que se puede ocultar en el cuerpo de un insecto e intentar comprender el tipo de interacciones que realizan estos sobre sus huéspedes, así que esta publicación probablemente puede resultar algo incómoda para muchas personas, ya que en el material fotográfico estaremos navegando sobre el cuerpo de una cucaracha en busca de minúsculos organismos que transitan y se ocultan en diversos puntos del cuerpo de estos insectos.

Para nadie es un secreto que sobre diversas estructuras orgánicas de un determinado ser vivo existen infinidades de organismos conviviendo, ya que así lo han demostrado muchos estudios que se han hecho al respecto. A su vez, la forma en la que viven estos "invasores" puede ser ya muy conocida, sobre todo si hablamos de aquellos que generan enfermedades o alguna otra patología que requiera estudios previos para erradicarlos y que el problema desaparezca, pero hay otros que pueden pasar años sin ser detectados hasta que por una simple casualidad se muestran y comienza todo el proceso para identificarlos, fortaleciendo esto el camino hacia el conocimiento de lo que habita en nuestro planeta. De igual manera, aquellas formas de vida que están presente en distintos hábitats y que nuestra limitada capacidad visual no nos permite detectar pueden llegar a ser tanto beneficiosos como problemáticos, así que hasta en una minúscula partícula de suelo puede haber miles de estos seres desempeñando diferentes roles, algunos asociados a la regeneración del propio medio edáfico del que tomamos esa partícula, siendo estos de mucha importancia.

Por otro lado, también hay otros que en grandes cantidades llegan a ser perjudiciales, muchos de los de este tipo se caracterizan por ser de vida parásita. Ahora, probablemente el dilema o uno de los puntos más llamativos gire en torno al cuerpo de los artrópodos, pues, además de bacterias u hongos ¿existe otra cosa con vida sobre sus cuerpos? esta interrogante no es motivo de debate, ya que por lógica los artrópodos también llegan a llevar sobre sus cuerpos a huéspedes beneficiosos y otros indeseados, el problema está en que nosotros no somos capaces de verlos porque se saben ocultar muy bien. En este sentido y como sabemos, muchos hexápodos tienen estilos de vida que se desarrollan en lugares poco agraciados o muy sucios, esto hace que sus cuerpos se vuelvan un gran vehículo para el transporte de miles de microorganismos y otros organismos no tan pequeños, quizás el ejemplo más destacado de esto se encuentre en los Blattodea, es decir, en aquellos "repugnantes" insectos conocidos como cucarachas, también pueden entrar en esta categoría de transporte biológico las moscas (Diptera), pero las cucarachas al ser rastreras ocupan un lugar con más méritos al pasar más tiempo rodeadas de otras formas de vida de tamaños casi microscópicos.

Lo que observan en esta fotografía es una moribunda cucaracha del género Blaberus, estas especies son muy comunes y se pueden encontrar en diferentes lugares ricos en materia orgánica, ya que de esta se alimentan. El principal punto a destacar de este ejemplar antes de entrar en el desarrollo de la presente publicación, es que esta cucaracha la colecté siendo tan solo una hembra solitaria, pero al siguiente día su cuerpo se encontraba inerte y yacía rodeada por más de una docena de sus ninfas, es decir, dio a luz de manera vivípara a su generación de relevo. Esta cualidad es común en algunos insectos, hay especies que toman el camino normal como lo es el colocar huevos y otros los mantienen dentro de sus cuerpos hasta que las ninfas vivas son expulsadas, el ejemplo de esto último lo ven en esta cucaracha. Por muy curioso que parezca, esta estrategia empleada por la cucaracha es una excelente herramienta para aumentar las posibilidades de sobrevivir de sus crías, pues, los huevos depositados en superficies descubiertas son frecuentemente atacados por depredadores, sobre todo por los más especializados en el control de estos insectos, ejemplo, las avispas de la familia Evaniidae.

Ahora, el propósito de la captura de esta moribunda cucaracha no era precisamente estudiarla a ella, sino que tenía como objetivo principal ver que había sobre su cuerpo, en pocas palabras, intentar encontrar a otras formas de vida que pudieran ser captadas por el limitado equipo que tenía en mis manos en dicho momento. De esta manera, lo primero fue revisar su cuerpo externamente a simple vista en búsqueda de cualquier movimiento, otras partes fueron comprimidas a la espera de que emergiera alguno de los huéspedes que pudiera portar la cucaracha; sin embargo, de esta forma tan superficial no encontré nada interesante, lo único eran partículas de suciedad que se repartían por diversos lugares de su exoesqueleto, aquí se incluyen los restos que dejaron sus crías por su cuerpo.

Posteriormente, había llegado el momento de obtener imágenes más precisas que facilitaran la búsqueda de vida sobre la cucaracha, así que sin alterar mucho la estructuración de su cuerpo se dio comienzo a la observación in situ de la superficie de sus alas y el pronoto, esta última es la placa que recubre parte de su cabeza y el dorso del tórax, dicha placa tiende a ser muy grande en estos insectos. Las imágenes 1 y 2 (círculos rojos) corresponden a zonas de su pronoto, en dichas fotografías se observan tanto parte de la venación (imagen 2) como la constitución de mismo (imagen 1). En las mencionadas fotos todavía no se apreciaba incidencia de ningún tipo de organismo que viviera sobre el cuerpo de este insecto, así que ahora el punto de observaciones sería redirigido hacia la parte dorsal de las alas (imágenes 3), en estas tampoco se notaba nada fuera de lo normal, pero si había presencia de muchos residuos en los bordes de las alas. En las imágenes marcadas con el número 3 se observan dichos residuos de aspecto pegajoso, probablemente haya presencia de comunidades de microorganismos sobre ellos, pero no era lo que buscaba.

La búsqueda de organismos en la parte externa de este insecto seguía sin dar resultados, pero todavía había mucho que observar y siempre los mejores lugares para buscar son debajo de las alas o en cualquier pliegue que tenga el insecto, ya que estos son buenos lugares para mantenerse oculto y también para obtener protección ante factores externos, por ende, hay ciertos invertebrados minúsculos que buscan este tipo de zonas para protegerse y para reproducirse sin inconvenientes.

Como se observa en la imagen, la siguiente fase era un poco más invasiva y para ello se extrajo una de las alas anteriores (tegmina) de la cucaracha, el objetivo era realizar las mismas observaciones mostradas en el segmento anterior, pero esta vez ya no se observaría la parte dorsal, sino la cara ventral de las tegminas (alas anteriores). En un inicio continuaba sin ver nada fuera de lo común, así que la atención se centraría en la base del ala, para ser más específico en la zona en donde el ala se une a la región torácica del cuerpo de esta cucaracha. A partir de aquí la pequeña investigación empezó a tomar forma, ya que minúsculos artrópodos empezaban a moverse de un lugar a otro al ser expuestos a la luz, por la morfología que presentaban ya sabía lo que eran; sin embargo, necesitaba obtener mejores imágenes que me permitieran descartar posibles dudas.

Las imágenes resaltadas con círculos rojos son parte de las primeras fotos que pude captar de estos pequeños artrópodos, el problema estaba en que eran muy pequeños y escurridizos, además se notaba que presentaban un acentuado fototaxismo negativo (no toleran la luz), esto es algo curioso porque su propio huésped (las cucarachas) tampoco toleran la energía lumínica, así que ya compartían una relación en común. Lo primero que observamos en estos organismos es que tienen cuerpos que son blanquecinos y algo translúcidos, esto les facilita en cierto sentido el poder mezclarse aun más con los colores de la cucaracha, si a esto le sumamos un tamaño muy por debajo del milímetro de longitud, entonces se obtiene un disfraz perfecto que permite evitar el peligro.

Por otro lado, al continuar observando el cuerpo de esta cucaracha encontré ejemplares un poco más grandes que los anteriores, así que los mostrados en el segmento anterior eran estadios juveniles y en esta foto se muestra a uno adulto. Al ver a este adulto pude corroborar que eran ácaros, es decir, son un conjunto de arácnidos que en este caso hacen vida activa sobre el cuerpo de insectos y muy probablemente también lo hagan sobre otros artrópodos, la única forma de saber esto es intentando buscar alguna relación entre estos ácaros y su huésped, ejemplo, intentar descubrir si se alimentan de la cucaracha o si se alimentan de otra cosa que se produzca sobre el cuerpo del insecto. Asimismo, además de las ninfas y adultos de los ácaros también pude encontrar huevos de estos en ciertos puntos del ala de la cucaracha, estos estaban ubicados en las zonas con más difícil acceso de las tegminas de la cucaracha, así que tuve suerte en parte de poder encontrar alguno y lograr fotografiarlos. Es importante acotar que prácticamente todos los ejemplares de estos ácaros se encontraban en un mismo punto del ala de la cucaracha, allí formaban pequeñas comunidades que eran resguardadas por lo menos por un ejemplar adulto.

El encontrar con exactitud la relación de estos ácaros con las cucarachas es algo muy difícil de saber, aunque hay 3 probabilidades que manejo por el momento. La primera es que estos ácaros se alimenten directamente de la cucaracha al succionar su hemolinfa, recordemos que una porción de estos arácnidos (ácaros) son de vida parásita, los ejemplos más destacados lo ostentan precisamente algunas de las especies de ácaros más grandes que hay, por ejemplo las garrapatas. La segunda opción es que los ácaros se alimenten de los desechos que se acumulan sobre el cuerpo de la cucaracha, en imágenes anteriores pudimos ver residuos microscópicos de aspecto muy denso que se acumulaban precisamente en el mismo punto en donde se encontraban los ácaros, es decir, bajo las alas anteriores de esta cucaracha, así que este tipo de residuos pueden ser el alimento de estos ácaros. Ahora, la última posibilidad es la más documentada en relación a la interacción entre artrópodos y ácaros, esta básicamente consiste en que los ácaros emplean a estos invertebrados como forma de transporte, así pueden propagarse por diferentes puntos geográficos en donde pueden obtener alimento y reproducirse. Sin embargo, al inclinarme por alguna de las posibilidades ya mencionadas diría que en este caso los ácaros obtienen el alimento de la propia cucaracha y también la usan como transporte para llegar a otras cucarachas, pues, sus huéspedes no son eternos y al cabo de un tiempo necesitaran a uno nuevo, los ácaros son arácnidos que saben muy bien lo que hacen, tanto así que hay especies que parasitan lepidópteros (polillas) y solo obstruyen una de las cavidades auditivas de este insecto para evitar que queden sordas y sean presas de depredadores nocturnos como los murciélagos, ya que si su huésped muere, entonces toda la colonia de ácaros también lo hará.

En las imágenes se aprecia una de las formas con las que se mantienen ocultos estos arácnidos en los pliegues de las alas de la cucaracha, mientras que en la foto de la derecha se muestra una vista frontal de uno de estos ácaros, casualmente a un lado de este ácaro hay parte de los residuos que se adhieren al ala de la cucaracha, pero en ningún momento pude ver a este ácaro alimentarse de él y que me despejara las dudas.

Estos pequeños arácnidos son de las formas de vida más desconocidas que hay, esto en parte es compresible por el simple hecho de que la mayoría de especies son casi microscópicas, así que es difícil encontrarlos y llevar registros sobre las cantidades de especies de estos que existen. Sin embargo, otras llegan a ser populares porque generan daños que pueden ser detectados por nosotros, esto podemos notarlo con las especies parásitas, con los que viven en el polvo o con aquellas especies que atacan a las plantas. De igual manera, también se hace mención de que estos organismos están repartidos por todo el mundo y en cada rincón de este, según sus hábitos pueden estar presentes en el suelo, la materia orgánica, sobre otros seres vivos e incluso en el agua, así que prácticamente no hay lugar que escape de la presencia de estos antiguos organismos.

Por otro lado, al ver fotografías más cercanas de estos artrópodos hay estructuras de sus cuerpos que se ajustan a sus estilos de vida, las patas cortas y fuertes les permiten poder aferrarse a sus huéspedes, además también facilitan el poder ocultarse bajo cualquier pliegue o abertura que encuentren. Las piezas bucales están dotadas de diferentes herramientas para poder obtener alimento o incluso también puede servir como anclaje, así disminuyen los riesgos de caerse ante los movimientos bruscos que realice su huésped. Estos invertebrados pueden ser transportados por cualquier otro artrópodo y, generalmente, todo se reduce simplemente a eso, pero también hay especies de estos ácaros que parasitan a insectos, arañas, entre otros.

Todas las fotografías compartidas en esta publicación pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas con un teléfono Redmi 8A y se editaron con la aplicación Canva.

Algunas referencias e información Importante:

Los ácaros y su medio de transporte

Los ácaros

Ácaros, monstruos microscópicos