Escarabajos coprófagos del género Neoathyreus

Bienvenidos nuevamente a este espacio dedicado al estudio y a la difusión de contenido referente al mundo de los artrópodos. El presente artículo tiene como propósito destacar la importancia de un grupo de insectos pertenecientes al orden Coleoptera y a la familia Geotrupidae; de igual manera, se darán a conocer aspectos relacionados con su morfología y con el rol que desempeñan dentro de los ecosistemas.

En la gran diversidad que se hace presente dentro de la clase Insecta, se pueden encontrar un sin fin de organismos hexápodos con comportamientos y características morfológicas fascinantes. Todos estos invertebrados resultan ser poco atractivos para las personas, por lo que muchas veces se les desprecia y no se les da valor alguno en lo que respecta a las interacciones que realizan en los ecosistemas; generalmente esto es debido a que poseen tamaños muy reducidos que dificultan en cierta medida el estudio de los mismos, de manera que, se les da más valor a lo que se puede observar con relativa facilidad como aves, reptiles o mamíferos. Sin embargo, la fortaleza de los insectos y otros artrópodos no se debe a su tamaño, sino a sus números y a la elevada capacidad para adaptarse a los cambios que presentan los entornos que habitan, es por ello que pueden encontrarse en diferentes hábitats cumpliendo con sus roles y fluctuando en el flujo de energía de los ecosistemas.

El orden Coleoptera es el grupo más grande en términos numéricos que forma parte activa de los insectos, además su diversidad es muy amplia, teniendo especies perfectamente adaptadas para poder sobrevivir en ecosistemas acuáticos y terrestres. La alimentación de este tipo de insectos también es muy variada, por lo que según la especie, estas pueden alimentarse de materia orgánica, plantas, hongos y otros organismos. De igual manera, gracias a estos hábitos tan variados de una especie a otra, este orden ocupa a uno de los grupos de organismos más importantes que se pueden encontrar en el planeta, ya que están presentes en muchos de los procesos que se hacen evidentes en los sistemas naturales y, que además, forman una parte muy importante de la cadena alimenticia al servir como depredadores y como fuente de alimento para otros seres vivos.

Probablemente, el aspecto que más llame la atención de este tipo de organismo perfectamente acorazado radique en su morfología, ya que se pueden encontrar ejemplares de diferentes tamaños, mismos que pueden ir desde unos pocos milímetros hasta casi los 20 centímetros. A su vez, sus cuerpos pueden presentar una gran variedad de colores y formas, destacando en este primer punto los miembros de la familia Coccinelidae (catarinas) al poseer colores aposemáticos, mientras que en los segundos se ubicarían aquellos ejemplares que poseen prominentes estructuras similares a cuernos y los llamados escarabajos jirafa del género Trachelophorus, los cuales tienen un característico alargamiento de los primeros tagmas de sus cuerpos, motivo por el que reciben el sobrenombre de "jirafas".

Por otro lado, muchos de estos escarabajos eran protegidos por algunas civilizaciones antiguas por el hecho de que se pensaba que traían cosas positivas a la vida de quien se encontrara uno, esto puede reflejarse en el antiguo Egipto, en donde incluso eran relacionados con ciertos dioses; no obstante, no todos los coleópteros entraban la caja de la veneración, ya que esto era solo atribuido a ciertas especies de la familia Scarabaeidae, entrando aquí solo los famosos escarabajos peloteros como sagrados. Estos escarabajos conocidos vulgarmente como peloteros, son unos de los más populares debido a su particular gusto por los excrementos, por lo que es muy habitual sentir asombro al ver a uno de estos insectos arrastrar una gran pelota de estiércol hasta sus madrigueras, y es que, este tipo de desechos orgánicos no solo le sirven como fuente de alimento, sino que también depositan los huevos dentro de esta masa y las larvas se desarrollaran dentro, saliendo luego como adultos. Los egipcios consideraban todo este proceso desde la carga del estiércol hasta la salida de los nuevos escarabajos como un renacimiento y como la inmortalidad de los mismos, ya que no sabían realmente lo que pasaba dentro de la madriguera de estos insectos.

Este tipo de hábito de alimentarse de desechos orgánicos (estiércol) se denomina coprofagia y está estrechamente ligado a determinados insectos, ya que en realidad son muy pocos animales los que incluyen a estos desechos en su dieta principal, empleándolo algunos en ciertas fases de su desarrollo y otros durante toda su vida. Los principales artrópodos que destacan por esta peculiar costumbre son insectos del orden Diptera y algunos coleópteros, entre estos últimos se puede hacer mención especial de la ya mencionada familia Scarabaeidae, Hybosoridae y la Geotrupidae, a esta última familia irá dedicada la siguiente publicación haciendo énfasis en uno de sus géneros.

La familia Geotrupidae se conforma por un grupo de escarabajos de un tamaño que poco destaca, esto porque la mayoría de sus miembros poseen longitudes que oscilan por debajo de los 2 centímetros y además, sus poblaciones están muy limitadas a ciertas regiones, por lo que no tienen una distribución geográfica muy amplia. Este taxón está comprendido por más de 500 especies ubicadas en 4 subfamilias, siendo estas la Bolboceratinae, Taurocerastinae, Odontotrypes y Geotrupinae. A su vez, la subfamilia Bolboceratinae tiene entre sus filas un total de 9 tribus, siendo una de estas la Athyreini compuesta por 4 géneros en total.

Uno de los 4 géneros de la tribu Athyreini es el Neoathyreus, este grupo taxonómico tiene menos de 20 especies descritas y con una buena distribución en el continente americano, teniendo especies propias de ciertos países y otras con presencia en varios de dicho continente. Los miembros de este género son de hábitos coprófagos, lo que quiere decir que emplean al estiércol como fuente primaria para la obtención de energía, misma que necesitan para sobrevivir y lograr culminar sus ciclos biológicos; ahora bien, a pesar de que usan desechos orgánicos como sus homólogos de la familia Scarabaeidae, estos coleópteros no forman grandes pelotas para transportarlo, lo hacen tomando pequeñas porciones con sus patas y luego lo llevan a sus madrigueras, por ende, su morfología tiende a ser muy distinta a la de los llamados peloteros. De igual manera, también se sabe que algunas especies pueden llevar pequeñas cantidades de estiércol entre la cabeza y el pronoto, por lo que si vemos al ejemplar de las fotos se destaca un pronoto con una forma bastante particular, es decir, que tiene un área del dorso de su región torácica con un hundimiento, esto puede ser una adaptación morfológica para llevar más cómodamente el estiércol.

Por otro lado, un aspecto que también se pudo notar en este ejemplar es que poseen cierto grado de fotosensibilidad, con esto se recalca que siente cierto rechazo hacia ciertos focos lumínicos. Cuando se le coloca algún foco de luz artificial este insecto comienza a moverse de un lado a otro, de esta manera busca ocultarse por completo de la luz una vez que encuentra algún objeto, piedra o planta en donde pueda ocultarse y, si no lo consigue, entonces opta por bajar la cabeza hacia el suelo. Esto puede ser una prueba de que el insecto presenta cierta fotosensibilidad; no obstante, esta no es una limitante para desplazarse durante el día, ya que el rechazo es más que todo hacia la luz artificial. A su vez, este rechazo también puede deberse al hecho de que son insectos que pasan ciertos periodos de su vida bajo tierra, por lo que permanecen aislados de la luz por mucho tiempo, entonces al salir de estos lugares se acentúa el rechazo hacia la luz artificial que presentan nuestros espacios.

Como se mencionó anteriormente, estos invertebrados viven principalmente bajo tierra, por este motivo presentan adaptaciones morfológicas que les facilitan la elaboración de galerías en el suelo, siendo su primer par de patas el que está modificado o adaptado para desempeñar la función de la excavación, también suelen complementarse por medio de sus fuertes mandíbulas para remover ciertas piedras o cúmulos de tierra con facilidad. Este tipo de escarabajos tienen una movilidad muy limitada, es decir, que no se movilizan rápidamente por tierra, sus patas son muy cortas y no lo favorecen de manera positiva para el desplazamiento, siendo muy toscos pero con mucha fuerza para empujar o para cargar ciertas cosas, aunque este aspecto es muy característico de los coleópteros en general, sobre todo en los que tienen un tamaño considerable.

Tanto las hembras como los machos son excavadores, en las madrigueras que cavan suelen introducir el estiércol y lo almacenan para alimentarse tanto ellos como sus crías. Las larvas se mantendrán bajo tierra hasta que alcancen la adultez, es importante acotar que los coleópteros son organismos de metamorfosis completa como las mariposas, de manera que, estos emergerán de huevos siendo larvas y luego pasaran a un estado como pupa, culminando o saliendo de esta última como adultos. Asimismo, la pupa suele ser libre, esto quiere decir que las larvas no la adhieren a ninguna superficie, cosa que hacen casi todos los lepidópteros.

El aspecto de este escarabajo es muy llamativo, primero se destaca que su tamaño es de poco más de 1 centímetro, teniendo un cuerpo que opta más por ser redondeado en lugar de alargado, recordando en cierta medida a los coccinélidos. Su cabeza es el tagma más pequeño de su cuerpo, representando tan solo una pequeña porción de su envergadura total, mientras que la región torácica es la más ancha y la que presenta mayores modificaciones, claramente adaptadas a su estilo de vida, es decir, para la colecta de desechos orgánicos o a las deyecciones de grandes animales. Sobre toda la región ventral de su cuerpo (tórax y abdomen) posee mucha pubescencia, esta además de servirle para captar vibraciones o cambios en su hábitat, es posible que también les ayude a regular la temperatura, esto más que todo por el grosor y la cantidad que presenta sobre la parte más blanda de sus cuerpos, recordando que sobre todo el dorso posee una coraza muy gruesa que los protege de impactos y de un cierto grupo de depredadores.

La coloración predominante de este ejemplar es un tono que va desde el marrón hacia el rojizo, este puede estar presente en diversas especies del género Neoathyreus, de las cuales algunas poseen cierta similitud. De igual manera, el ejemplar de las fotos puede tratarse de una hembra de Neoathyreus excavatus o Neoathyreus lanuginosus, más que todo por semejanzas y por la distribución geográfica, teniendo buena presencia en Venezuela ambas especies.

Los escarabajos coprófagos no emplean cualquier tipo de estiércol para su alimentación y demás, en realidad son varios los factores que determinan que tan factible seria para este insecto determinado tipo de desecho orgánico, es por esto que por lo general buscan heces frescas de animales de hábitos herbívoros, ya que el proceso de digestion de estos es menos eficaz y, por lo tanto, en sus desechos se encuentran una gran cantidad de nutrientes que no fueron aprovechados adecuadamente, saliendo de esta manera beneficiados este tipo de insecto. No obstante, en dicho punto se enfatizó en los grandes escarabajos coprófagos, pero también existen otras pequeñas especies con una inclinación hacia las heces de menor tamaño, pero casi todos rechazan o es poco probable que se vean atraídos hacia los desechos de organismos depredadores, esto por el hecho de que es poco el beneficio que pueden encontrar.

El estiércol que no es fresco o que lleva mucho tiempo a la intemperie tampoco les sirve, ya que al estar por un prolongado periodo expuesto gran parte de este material ya ha sido procesado o aprovechado por microorganismos y otros seres vivos, entonces lo que se puede obtener del mismo es poco y es menos manejable al estar más seco que húmedo. Una vez que seleccionan el estiércol ideal estos invertebrados lo movilizan en pequeñas cantidades hasta las galerías que han cavado en el suelo, en dicho lugar lo van depositando y de esta manera se aseguran unas reservas de alimento indicadas para las larvas las cuales pasaran aproximadamente un año en desarrollo.

La importancia de estos escarabajos para los ecosistemas radica en que al ser pocos los animales que se dediquen a la labor de la explotación del estiércol para la obtención de la energía que necesitan, entonces estos actúan como descomponedores activos y recicladores del estiércol, facilitando la obtención o la agregación de ciertos nutrientes al medio edáfico en el que hacen vida, de manera que, estos nutrientes serán aprovechados luego por otros microorganismos y sobre todo por las plantas. Asimismo, el hecho de que estos coleópteros movilicen cierta cantidad de tierra, ayuda a la permeabilidad de los suelos y a la retención de humedad, lo que mantiene activa a la microfauna de la superficie terrestre. También se recalca que estas galerías contribuyen a la aireación de los suelos, esta función es prácticamente la misma que se genera por la acción de las hormigas cuando desarrollan sus hormigueros, siendo completamente vital para mantener la vida y el desarrollo de los organismos vegetales.

Estos insectos son completamente inofensivos para el ser humano y tampoco se les considera plagas, al contrario, son netamente benéficos. Algo opuesto se podría mencionar con respecto a dípteros como las moscas coprófagas, ya que estas pueden tener una dieta variada, por lo que una vez que se posicionan en materia fecal, entonces pueden posarse sobre alimentos que luego nosotros vamos a ingerir, provocando esto posibles afecciones estomacales.

En esta publicación se destacó la importancia de un grupo de insectos que por lo general son poco conocidos y repudiados por muchos, unos pequeños escarabajos que realizan indirectamente una labor necesaria para un optimo aprovechamiento de desechos que se pueden encontrar dentro de los espacios naturales. De esta manera, se invita al respeto y cuidado de estos organismos que probablemente se vean en muchos espacios dedicados a la producción agropecuaria, ya que el ganado y otros animales empleados en los agroecosistemas pueden ser un atrayente indispensable para estos insectos que necesitan de los desechos orgánicos para poder sobrevivir.

Todas las imágenes mostradas por medio de este post pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas por medio de un dispositivo móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva.

Referencias e información importante:

Orden coleoptera

Escarabajos peloteros en la antigüedad

Género Neoathyreus

Coprofagia