Descripción de hemípteros fitófagos del género Dysdercus

El presente escrito tiene como propósito resaltar la importancia, características y aspectos de interés, sobre un grupo de insectos que se ubican en el ya popular orden hemiptera y el suborden Heteroptera. De igual manera, se describirán algunas de las partes más llamativas de estos insectos propios del género Dysdercus; para ello, se tomará como referencia a una de sus especies la cual posee alta presencia en el continente americano, de esta manera se espera que la comunidad que hace vida en la plataforma Hive pueda conocer más sobre el siempre fascinante mundo de los artrópodos.

Desde el punto de vista agrícola, el taxón conocido como hemiptera se ha convertido en uno de los grupos que mayor renombre se han ganado por su alta presencia y por los daños que son capaces de generar sobre una amplia variedad de plantaciones. Este bando compuesto por una llamativa diversidad de insectos que, lógicamente, comparten muchas características morfológicas en común, posee un gran porcentaje de hexápodos de hábitos meramente fitófagos, lo que quiere decir que su fuente principal de nutrición la obtienen de los organismos vegetales, aunque, también existe un reducido grupo que sirven como biocontroladores de otras especies, siendo algunos más selectivos que otros.

El estudio o la investigación en base a cualquier tipo de artrópodo, ha sido fundamental para conocer que tan beneficioso o perjudiciales pueden ser para el humano, además de que siempre se tiene la interrogante sobre cual es el papel que desempeñan en la naturaleza este tipo de organismos; no ha sido una tarea sencilla, pero gracias a excelentes profesionales, tras años dedicados a este diverso mundo de seres de muchas extremidades, hoy se posee un gran número de descubrimientos que hacen la tarea más sencilla tanto a profesionales de la salud como a los dedicados al ámbito agropecuario. En este sentido, siempre que se desee implementar un sistema de producción agrícola, se deben tomar una serie de consideraciones para poder minimizar posibles inconvenientes con el cultivo que se haya seleccionado, uno de ellos es la infalible presencia de insectos, tomando su posible lugar el orden de los hemípteros por poseer a muchas especies que generan resistencia a agroquímicos y que pueden superar con relativa facilidad el umbral de daño, además de llegar a ser polífagas en cuanto a las plantas de las que se alimentan.

El polémico suborden Heteroptera, el cual está anclado (para muchos) en el orden Hemiptera, posee entre sus filas a aquellos invertebrados hexápodos que conocemos vulgarmente como chinches apestosas y, naturalmente, se suele pensar que solo las chinches de la familia Pentatomidae son las únicas capaces de poder generar estos fuertes y desagradables olores, pero también existen otros grupos que poseen dicho mecanismo de defensa. Por otro lado, la familia Pyrrhocoridae no es tan reconocida como la Pentatomidae, lo que puede desembocar en que sean confundidas habitualmente con otro tipo de heteróptero dada sus notables similitudes con sus homólogos de este basto suborden.

Los pirrocóridos son un gran grupo compuesto por cientos de especies repartidas en más de 60 géneros, se caracterizan por poseer colores muy vistosos y llamativos, esto haciendo una clara referencia a que su sabor puede llegar a ser desagradable para cualquier ser vivo que tenga la disposición de alimentarse de ellos, aunque este color también puede ser un simple engaño, pues, ya sabemos lo astutos que tienden a ser muchos invertebrados en los ecosistemas, siendo únicamente aprovechados por aquellos animales que ya los conozcan y por lo tanto, ya los hayan incluidos en su dieta.

Esta particular familia de hemípteros tienen hábitos alimenticios muy variados, aunque esto depende de la especie en sí, siendo algunas depredadoras de otros insectos, otras se aprovechan para poder succionar fluidos de animales muertos (saprotrofia) y no se pueden dejar por fuera a las que tienen preferencias definidas hacia las plantas; siendo estas últimas las que conllevan mayor importancia dentro de la agricultura. Uno de los 65 genéros de esta familia que tiene especies fitófagas es el Dysdercus, un taxón compuesto por 52 especies descritas en la actualidad, teniendo todas su grado de importancia agrícola por el daño que realizan en los cultivos, sobre todo en el algodón, en donde algunas de estas especies tienen una fuerte atracción sobre estas plantas de la familia Malvaceae, generando tanto daños directos como indirectos, rasgo que es muy habitual cuando se habla de hemípteros.

Resaltando aspectos morfológicos, tenemos que, estos insectos tienen un tamaño que oscila entre 1 y 2 centímetros de longitud, son de cuerpo alargado y perfectamente recubierto por capas de quitina, siendo esto vital para que todo el exoesqueleto pueda brindar la protección necesaria a las partes más blandas y vitales. Su cabeza tiene forma triangular y su abdomen es el segmento más ancho y largo de todo su cuerpo, siendo un poco más notorio en los ejemplares hembras.

La coloración predominante del ejemplar tomado como modelo se ubica entre el naranja, color que se puede notar en toda la región posterior partiendo desde su tórax hasta sus hemiélitros y por otro lado, un blanco algo azulado, el cual correspondería a toda la parte baja de su cuerpo, apreciándose en mayor medida en su abdomen, siendo más blanquecina la parte baja del tórax. La cabeza por su parte, tiene una tonalidad más inclinada hacia el rojo oscuro al igual que sus patas.

El ejemplar posee tan solo 2 órganos visuales, los cuales serian sus 2 grandes ojos compuestos. Su visión probablemente sea muy limitada en comparación de otros insectos voladores, puesto que son mucho más pequeños y compactos que en la mayoría de lepidópteros, odonatos y dípteros (moscas), esto hablando sobre la porción que estos ocupan de la cabeza, la cual es mucho menor; además que, tienen ausencia total de ojos simples, los cuales son empleados para medir intensidades lumínicas por la mayoría de los insectos, dejando esto una posible visión algo reducida en estos hemípteros.

La ausencia de ocelos es poco habitual en insectos y más cuando se habla de organismos alados, sin embargo, el invertebrado de las fotografías ha evolucionado de dicha manera, demostrando esto que no los necesitan para poder sobrevivir en un determinado entorno, valiéndose probablemente de otras de sus grandes capacidades y herramientas para poder lograr su cometido, siendo la principal meta vivir y reproducirse.

Por otro lado, parte de este éxito radica en sus antenas, las cuales son fundamentales cuando la visión falla, pues, ya en otros artículos he comentado que estas son la principal herramienta sensorial que posee el cuerpo de un insecto, también poseen otras partes con dichas cualidades pero las antenas son las principales, pudiendo percibir con estas, cosas en su entorno que un humano no sería capaz ni de sentir, logrando poder anticiparse a posibles cambios que pueden ser perjudiciales para su especie, sobre todo si hablamos de temas referidos al ambiente en si.

Estas piezas son alargadas en este insecto, teniendo en total 4 antenómeros muy alargados, discrepando de esta manera con la mayoría de insectos que poseen muchos más. Asimismo, las antenas las poseen dirigidas hacia los laterales luego de el primer segmento el cual corresponde al escapo, entre el penúltimo y último antenómero posee una pequeña banda blanca, la cual es uno de los rasgos vitales para la identificación en este caso.

Con respecto a su aparato bucal, pues, como ya es habitual en hemípteros, estos poseen una larga probóscide con la que pueden perforar tejidos con el propósito de extraer fluidos internos del huésped; en este caso se puede notar como perfora la lámina foliar para succionar los fluidos de la planta, el cual viene a ser su fuente de alimentación. En este punto ya realizan un daño directo, siendo completamente nocivos cuando se encuentran muchos ejemplares sobre la misma planta, sobre todo ninfas, ya que estas inicialmente carecen de alas (ápteras), por lo que hacen su vida normalmente sobre una única planta, pudiendo debilitar de manera progresiva al huésped y dejando las heridas expuestas a diversos patógenos.

En las fotografías se puede apreciar a la izquierda a un adulto alimentándose, mientras que, en la foto marcada con un (1) se aprecia su pieza bucal mientras no le da uso y, en la foto (2), nótese como esta posee una línea más oscura en el centro generada por el paso de fluidos vegetales (mientras se alimenta).

Sobre el dorso de su cuerpo, se puede notar una gran placa triangular quitinosa, esta pieza se denomina escutelo, puede ser más notoria o menos visibles según el insecto. En hemípteros heterópteros, esta pieza es mucho más visible y fácilmente distinguible en comparación de otros insectos, en este caso, el escutelo posee un evidente color naranja como gran parte de la región posterior de su cuerpo. A su vez, este insecto es volador y posee 2 pares de alas, teniendo el primero una porción fuertemente endurecida, este par se denomina hemiélitros, mientras que el segundo yace oculto bajo estos, este último par si es completamente membranoso y es el que pliegan para poder volar.

En cuanto a la identificación una vez resaltada parte de su morfología, es importante destacar que no es muy complicada; no obstante, es importante echar un ojo muy de cerca para ir descartando posibilidades hasta dar con las especies que más se asemejen. En este caso, el género es determinado por la ausencia de ojos simples y por esa marca o collar blanco que divide la cabeza y la región torácica, siendo estos los principales aspectos para llegar al género. A partir de lo anteriormente mencionado, solo resta ir descartando especies, tomando en cuenta además de otras características apreciables de su morfología, la distribución geográfica; llegando de esta manera a 2 posibles especies Dysdercus maurus y Dysdercus ruficollis, teniendo más aproximación hacia D. ruficollis, pero no teniendo certeza al 100%, ya que desconozco si D. maurus posee alguna variabilidad de colores, como la banda blanca de las antenas; es decir, que esta pueda estar ausente en algunos. Es por ello, que el nombre empleado o marcado en las fotos posee la abreviatura de Confer (Cf), indicando que no se tiene certeza y que debe ser comparada con una Dysdercus ruficollis plenamente identificada.

Como ya había mencionado, estos ejemplares suelen ser plagas en cultivos de algodón, generando un daño directo mientras se alimentan e indirecto por las heridas que hacen, la propagación de otros patógenos y, por medio de sus heces, tienden a manchar el algodón, reduciendo considerablemente el valor comercial o provocando la pérdida total del producto de origen vegetal. Aún así, esta especie posee su importancia ecológica, ya que funge como fuente de alimento para otras especies del reino animal , de manera que, solo deben buscar ser controladas cuando se aprecie un gran número de ellas sobre un determinado cultivo.

Todo el material fotográfico compartido en este post pertenece al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas por medio de un dispositivo móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva.

Referencias e información importante:

Género Dysdercus

Dellapé, Pablo & Melo, Maria. (2014). Pyrrhocoroidea. (PDF)