Artrópodos bioluminiscentes de la familia Lampyridae y el género Aspisoma

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Bienvenidos nuevamente a mi blog. En un anterior escrito se socializó sobre un grupo de escarabajos coprófagos y se recalcó la gran diversidad que presenta el orden Coleoptera, es por ello que en esta entrega se le dará continuidad a dicho orden pero tocando aspectos referentes a una familia cuyos miembros tienen la capacidad de generar pequeños y llamativos destellos de luz.


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Durante las horas nocturnas son muchos los seres vivos que salen de sus escondrijos para buscar alimento o pareja, pues, no todos los organismos tienen la capacidad para permanecer activos durante todo el día, por lo que muchas especies del reino animal se han adaptado para poder sobrevivir con total eficiencia a la ausencia de la luz natural. A su vez, una gran parte de las poblaciones de insectos tienen un gusto definido hacia la oscuridad, empleando principalmente la luz que emana la luna para guiarse durante la noche, siendo probablemente uno de los ejemplos más conocidos el de los lepidópteros (polillas), las cuales son en su mayoría artrópodos de vida nocturna; sin embargo, nuestra limitada vista para ver en la oscuridad nos limita a que no podamos apreciar durante dichos momentos lo que nos rodea y lo que nos observa, llegando incluso a pensar que son muy pocos los insectos que tienen hábitos nocturnos.

En este sentido, no se sabe a ciencia cierta que población de insectos es la más dominante entre los de vida diurna y los nocturnos, aún así, los ordenes más numerosos de estos invertebrados como el Coleoptera y el Lepidoptera albergan a un gran porcentaje de ejemplares que comparte este hábito nocturno, lo que hace suponer que posiblemente existan más insectos con inclinación hacia la oscuridad de la noche que los de vida diurna. De igual manera, la gran mayoría de estos insectos pasan desapercibidos con relativa facilidad, esto porque sus cuerpos poseen formas o tonalidades muy opacas que les facilitan el poderse mezclar con el follaje y la oscuridad, mientras que otros tienen ciertos aspectos por los que pueden ser revelados; algunos ejemplos destacables pueden ser los ortópteros del suborden Ensifera (grillos), los cuales pese a que suelen permanecer escondidos emiten un sonido generado por frotar a gran velocidad partes de sus cuerpos (estridulación), este "canto" lo producen en la noche los machos para llamar a las hembras. Asimismo, las polillas tienden a mostrarse de manera accidentan cuando son atraídas erróneamente por las luces de nuestras ciudades, mientras que, otro bajo porcentaje de insectos además de producir sonidos, tienen otras particularidades por las que pueden llegar a captar nuestra atención en la total oscuridad.


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Por otro lado, los blatodeos como las cucarachas son de hábitos nocturnos, ya que suelen ser insectos que sienten muy poca atracción hacia los sitios muy iluminados, por ende, cualquier lugar en el que haya ausencia de luz se convierte en un entorno muy provechoso para ellas, logrando de esta forma reproducirse y alimentarse sin problema alguno, es por ello que se esconden en los lugares más sucios y oscuros de nuestros hogares hasta que caiga la noche, ya al estar dentro de nuestras viviendas es más fácil que se observen merodeando o sus particulares olores sean un indicativo de que tenemos visitantes indeseados.

Los coleópteros por su parte, también tienen miembros que poseen un factor bastante inusual que revela su presencia, y es que, algunos pueden emitir ciertas señales lumínicas que termina por captar la atención de cualquier otro organismo que se encuentre en el área. Estos destellos pueden tener cierta intensidad, es decir, que en algunos casos serán algo tenue y en otros será más fuerte, siendo una habilidad empleada más que todo como medio de comunicación, para encontrarse en la noche y en ciertas ocasiones para atraer presas, esto ya depende en gran medida de la especie en su defecto. A su vez, este particular mecanismo biológico puede servir como una herramienta para disuadir a ciertos depredadores, aunque claramente solo llegaría a funcionar contra los menos curiosos, mientras que otros animales pueden llegar a sentir cierta atracción por dichas luces que vuelan a baja altura, sobre todo miembros de la fauna feral como los felinos domésticos.


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Aquellos coleópteros que poseen la capacidad de emitir luz se conocen comúnmente como luciérnagas y se ubican en la familia Lampyridae, aunque también existen otras familias con individuos que comparten está capacidad de emitir destellos, tal es el caso de Elateridae o Phengodidae. La Lampyridae se compone por más de 2.000 especies ancladas en un estimado de 10 subfamilias. Estos insectos tienen una excelente distribución geográfica; sin embargo, muchos ejemplares están limitados a un solo continente, esto haciendo referencia a las luciérnagas exclusivas del neotrópico como las pertenecientes al género Aspisoma.

Dicho género de luciérnagas se encuentra en la subfamilia Lampyrinae y la tribu Cratomorphini, teniendo más de 70 especies con distribución en toda America, aunque es importante mencionar que gran parte de ese número hace mayor presencia en el centro y el sur de dicho continente. De igual manera, el problema que esto conlleva es que en dichas zonas no se les ha dado mucha importancia a estos insectos, por lo que realmente no se conoce con exactitud las áreas o la diseminación de algunas de estas especies en sur america, siendo Brasil el único país con mayor estudios de la familia Lampyridae en la mencionada región del continente.


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Debido al poco interés que se ha mostrado con respecto a ejemplares del género Aspisoma, esto dificulta el hecho de encontrar información válida sobre los mismos, lo que es tan solo una muestra que refleja que en el actual año una porción de estos invertebrados sigue siendo algo desconocida para las personas, de manera que, solo se puede enfatizar en lo poco que se aprecie in situ en dichos coleópteros. La especie del coleóptero mostrado en las imágenes no está del todo determinada por mi persona hasta el momento, ya que la escasa información sobre la distribución de estas y la falta de las principales claves de identificación me limitan a tan solo llegar al género, este si puede determinarse por características morfológicas fácilmente apreciables cuando se hacen comparaciones con especies ya identificadas, de las cuales es importante acotar que algunas de ellas si conservan una gran similitud con los ejemplares que se presentan en esta publicación; sin embargo, la falta de los datos ya mencionados anteriormente derivan en que estas no puedan ser identificadas al 100%.


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Todas las luciérnagas tienen la peculiaridad de emitir luces pero sin alterar drásticamente su temperatura, esto las convierte en seres vivos bioluminiscentes. Todo esto se refleja gracias a diversas reacciones que ocurren en sus cuerpos y son liberadas principalmente en los últimos segmentos de la parte ventral de su abdomen; esta reacción es producida por la participación activa de ciertas enzimas (luciferasa), moléculas y otras células especializadas que estas han obtenido por medio de la evolución, cuando estas entran en contacto con el oxigeno que el insecto absorbe se produce la oxidación que desencadena en la liberación de ese característico destello en el insecto, siendo esto un llamativo mecanismo que se activa dentro de su organismo. Lo curioso de todo esto, es que el insecto puede controlar a voluntad la intensidad del mismo, incluso cuando deben dejar de hacerlo, por lo que son muchas las especies que emplean una secuencia lumínica para identificarse dentro de la oscuridad, siendo en algunas mucho más intensa, con colores distintos y con diferentes ritmos. Todo esto sigue siendo algo desconcertante, ya que no se sabe del todo la manera en como es capaz de controlar la intensidad o de cuando debe parar, siendo una posibilidad el suministro de oxigeno que se destina a dichas células y enzimas.

En las fotos se puede apreciar a un ejemplar macho del género Aspisoma, nótese la bioluminiscencia que presenta en los últimos segmentos de su alargado abdomen, siendo esta la zona en donde ellas emiten los destellos que podemos observar durante la noche.


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La bioluminiscencia que poseen estos insectos es usada principalmente para comunicarse y para encontrar pareja, el macho es el que suele alzar vuelo mientras emite destellos, de esta manera espera la respuesta de alguna hembra la cual responderá de la misma manera, es decir, emitiendo luces para revelar su ubicación; ya una vez que la hembra acepta al macho inicia la cópula entre ambos, un aspecto que pude notar es que el apareamiento dura varias horas en esta especie, algo que se me hizo muy inusual. Estos ejemplares viven menos de un mes en fase adulta, por lo que su máximo desarrollo biológico es más que todo para la reproducción, mientras que en sus fases larvarias si tardan varios meses, incluso hay especies que tardan años en alcanzar la adultez, aunque esto si es muy apreciable en diferentes coleópteros más allá de las luciérnagas.


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Una vez que la cópula finaliza la hembra buscará un lugar húmedo en la tierra para colocar los huevos, estos insectos son muy frecuentes en zonas que conserven cierta humedad, por lo que son menos comunes en aquellos lugares que tengan una elevada sequía, ya que requieren ciertas especificaciones referentes a la temperatura para poder sobrevivir, siendo de esta manera organismos que son muy susceptibles a los cambios que ocurran en su entorno. En cuanto a las diferencias morfológicas que presentan tanto los machos como las hembras (dimorfismo sexual), es importante acotar que esto es muy variable en la familia Lampyridae, por lo que en una gran porción de sus miembros las hembras tienden a carecer de alas (ápteras), mientras que los machos si conservan estas estructuras y son los encargados de buscar al sexo opuesto. Ahora bien, en el caso del género Aspisoma tanto los machos como las hembras son alados, incluso son muy pocas las diferencias externas que tienen ambos; sin embargo, si los apreciamos bien en el material fotográfico puede notarse como el macho es ligeramente más alargado y posee 2 marcas amarillentas sobre su pronoto, mientras que la hembra tiene un cuerpo más redondeado.


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Continuando con los aspectos morfológicos generales que poseen estos inusuales coleópteros tenemos que, su tamaño es de aproximadamente 1,6 centímetros de longitud, sus cuerpos son blandos pero están cubiertos con una coraza quitinosa por toda la parte dorsal, esta coraza suele ser menos gruesa que la de otros miembros del orden Coleoptera. A su vez, su cabeza es pequeña y posee 2 prominentes ojos que ocupan casi toda la extensión de este tagma, también se resalta que la cabeza pueden ocultarla debajo de la coraza que protege la región torácica (pronoto), de esta manera le dan mayor protección a dicha zona. El ejemplar que se aprecia en esta imagen es un macho, por lo que pueden notarse de mejor manera las 2 marcas que tiene sobre el pronoto; asimismo, en este ejemplar modelo se observa de una buena manera sus alas, las cuales tienen el primer par modificadas o endurecidas (élitros) para dar protección al par posterior, siendo este último el frágil al ser únicamente membranas y es el que emplean para el vuelo.


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Por otro lado, estos insectos en fases larvarias se alimentan principalmente de caracoles y otros moluscos terrestres, mientras que en fases adultas suele haber variantes entre especies, ya que algunos pueden alimentarse del néctar de las flores, pero otra gran porción de ellos tienen las mandíbulas muy reducidas o atrofiadas y no pueden alimentarse, siendo esta una de las causas por las que viven poco tiempo como adultos, destinando esta fase prácticamente solo a la reproducción. Debido a la alta voracidad que presentan las larvas, estos insectos han sido propuestos para incluirse dentro del control biológico de caracoles o babosas que atacan a ciertos cultivos; no obstante, se requieren de más estudios y de pruebas para determinar que tan eficaces pueden ser dentro de los agroecosistemas.

Es posible que en la actualidad visites lugares donde estos insectos conocidos como luciérnagas eran muy comunes y que ahora misteriosamente ya no se vean con la misma frecuencia, esto ocurre porque muchos factores externos están mermando a las poblaciones de estos, principalmente les puedo mencionar ciertas prácticas agrícolas que incluyen el uso desmedido de agroquímicos, también los cambios ambientales y sobre todo la gran cantidad de luces artificiales que hay en nuestras ciudades, estas últimas afectan en gran medida el estilo de vida de estos invertebrados por el hecho de que ellos necesitan de la oscuridad, por ende, el constante expansionismo de nuestra especie ha reducido de manera exponencial los espacios que estos solían usar, por lo que muchos se han visto en la necesidad de desplazarse, pero otras especies tienen una movilidad limitada al no tener alas, siendo estas las que se ven completamente sin escapatoria y mueren reduciéndose de esta forma las poblaciones de estos artrópodos.


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Este post se realizó con la finalidad de dar a conocer ciertos aspectos generales sobre las luciérnagas, haciendo mayor hincapié en la especies del género Aspisoma las cuales son parte de las menos conocidas de la familia Lampyridae por los pocos estudios que se le han dedicado; sin embargo, su importancia en los ecosistemas como controlador natural de moluscos terrestres es esencial para un sano equilibrio de estos espacios, de manera que, todas estas especies deben ser respetadas y admiradas por las labores ecológicas que desarrollan de manera activa y sin pedir nada a cambio.


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Todas las imágenes mostradas en este escrito pertenecen al autor @abneagro, las fotos fueron realizadas a través de un dispositivo móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva.


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Alarcon, Maritza & Cazorla, Dalmiro. (2021). Primer registro de Cratomorphus cossyphinus (Perty, 1834) y Aspisoma ignitum (Linneo, 1767) (Coleoptera: Lampyridae: Lampyrinae) en la región andina de Venezuela.

Luciérnagas tropicales

Luciérnagas

Por qué las luciérnagas y otros coleópteros emiten luz de colores distintos

Luciferina


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Interesante tema, mucha información que desconocía. Fue un gusto leerte. Saludos.

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Muchas gracias por tu valoración positiva hacia el post @ramisey, bienvenida a mi espacio :).

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Your posts always floor me. I love your photos. I love your descriptions. When I was very young we used to love fireflies. We would catch them but were careful not to hurt them. The farmers in my community didn't mind them at all. I don't know if the information about larval diets was known back in the 50s, but farmers are pretty clever about these things. There is a kind of folklore that grows up around the allies and enemies of farmers. Fireflies were fun. Too bad their light burns bright and then goes out so quickly.

Thanks for another relaxing, interesting read.

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Hi @agmoore! Actually many of the farmers do not value much the role of biological controllers, already when field inspections are done with a professional, this is the one who ends up promoting the importance of biological control organisms, this can happen when an engineer or expert in charge orders to release in the crops certain species to reduce the incidence of those that are harmful. All this I could appreciate in the cultivated fields of my country, when I gave talks to farmers about what they should do, they only wanted to cover everything with chemicals for ease, regardless of the contamination and the consequences for their own health.

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I know this is true. Oftentimes immediate economic necessity persuades farmers to make the wrong choices. This hurts them and the environment in the long term.

I think my grandfather (the farmer) was a little different. He was very forward-thinking. He was very hard working and had great love for his land. Today his descendants (not me!) farm that same land. Five generations on the same farm. One of his granddaughters runs an organic cooperative. I like to think my grandfather would have listened to your very good, essential advice :)

Keep writing these wonderful, informative blogs.

Regards

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