¿Por qué honrar y obedecer a los padres?

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"Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en el tierra que el Señor tu Dios te da". (Éxodo 20:12).

Honrar a los padres y obedecer a los padres son dos cosas diferentes. El honor es el no juzgar, no condenemos las acciones de los padres, sus inclinaciones, las debilidades humanas.

Pero si estamos obligados a rendir obediencia a nuestros padres, hasta el comienzo de una vida independiente. Y entonces los padres solo pueden ser consejeros de sus hijos.

No confundas el honor y la obediencia.

Si los padres nos dicen que hagamos algo que no coincide con nuestro punto de vista, con nuestro arreglo, no estamos obligados a obedecerlos.
Especialmente si lo que dicen es contrario a los mandamientos.

Honrar es respetar y esto se debe dar independientemente de que los padres sean buenos o malos.

El irrespeto a los propios padres se llama descortesía. Los niños no son jueces de sus padres. Incluso en aquellas situaciones en las que el padre o la madre están completamente equivocados, el niño no tiene el poder de juzgarlos.

Se necesita humildad para obedecer a tus padres. Y las primeras lecciones de humildad son los padres.