La ley del Mentalismo: Todo lo que elegimos pensar y creer es lo que se manifiesta en nuestra vida.

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La ley del mentalismo explica que todo antes de pasar a ser una realidad primero es una idea en nuestra mente. Muestra que el cosmos es mental, que es una creación elemental mental mantenida en la mente. La mente es el alfa y la omega es el principio y el fin. Todo lo que existe es producto de la mente divina, y todas las manifestaciones y fenómenos de la vida, sean perceptibles o no para nuestros sentidos, son de naturaleza espiritual. Son espíritu, considerado infinito, cósmico, vivo, inteligente y mente productiva.

El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, pero no en la forma del supuesto cuerpo denso en el que uno podría pensar ordinariamente. Esta no es una fotografía de esta figura cuyo aspecto se asemeja al de nuestros abuelos. La semejanza o imagen divina es el resultado del fluido espiritual del que somos parte. Somos fruto de una inteligencia espiritual única que origina, produce y explica todo lo que existe.

A lo largo de la historia y como resultado del surgimiento de ciertas filosofías, el hombre ha llevado una imagen distorsionada de su propia imagen y semejanza con Dios hasta el punto que la mayoría de la gente espera ver a Dios con las características de un hombre, olvidando que la esencia primordial es el ser de otras esencias y no necesariamente tiene que manifestarse físicamente con nuestras cualidades materiales.

La naturaleza divina, que convierte en mente todo lo que existe, se manifiesta a través de la materia cósmica espiritual, que, una vez comprendida en toda su profundidad, explica los fenómenos psíquicos que últimamente han atraído la atención del hombre. A su alrededor surgen nuevas ciencias como la psicología, la parapsicología y otras ramas científicas, que diversos nombres intentan redescubrir el concepto espiritual bajo la manifestación ya establecida de la naturaleza mental cósmica.

Todo lo que nos rodea, creado por la mano del hombre, estuvo anteriormente en su mente, y este fluido originalmente ya existía en otra mente universal, que la mente humana trajo a este plano físico. Si siguiéramos este proceso de búsqueda del origen del conocimiento y de las vibraciones espirituales, fácilmente llegaríamos a un punto donde todo lo que existe es de origen mental y más elevado y perfecto.