¿Por qué la marihuana crea adicción si en su composición química no hay elementos adictivos? // Why does marijuana create addiction if there are no addictive elements in its chemical composition? (ES//EN)

La marihuana es una de las drogas más consumidas en el mundo, tanto por fines recreativos como medicinales. Sin embargo, su uso también implica riesgos para la salud, especialmente para el cerebro. Una de las principales preocupaciones es si la marihuana crea adicción o dependencia en las personas que la consumen.

Para responder a esta pregunta hay que entender qué es la adicción y cómo se produce. La adicción es una enfermedad mental que se caracteriza por la pérdida de control sobre el consumo de una sustancia o la realización de una conducta, a pesar de las consecuencias negativas que esto genera. La adicción se produce por un desequilibrio en el sistema de recompensa del cerebro, que es el encargado de regular el placer, la motivación y el aprendizaje.

El sistema de recompensa se activa cuando hacemos algo que nos produce satisfacción, como comer, beber, tener sexo o socializar. Esto libera una sustancia química llamada dopamina, que nos hace sentir bien y nos motiva a repetir la conducta. Sin embargo, algunas sustancias o actividades pueden estimular el sistema de recompensa de forma artificial y excesiva, provocando una sensación de euforia que supera el placer natural. Esto hace que el cerebro se adapte y reduzca su sensibilidad a la dopamina, lo que genera una necesidad de consumir más para obtener el mismo efecto. Así se forma la tolerancia, que es el primer paso hacia la adicción.

La marihuana es una planta que contiene más de 400 compuestos químicos, entre los que se destaca el tetrahidrocannabinol (THC), que es el responsable de los efectos psicoactivos de la droga. El THC se une a unos receptores específicos en el cerebro, llamados receptores cannabinoides, que también se activan por unos compuestos naturales producidos por el organismo, llamados endocannabinoides. Estos compuestos regulan funciones como el apetito, el sueño, el estado de ánimo, la memoria y el dolor.

Cuando se consume marihuana, el THC altera el funcionamiento normal de los receptores cannabinoides, interfiriendo con el sistema de recompensa. El THC aumenta la liberación de dopamina, lo que produce una sensación de placer y relajación. Sin embargo, con el uso frecuente y prolongado, el cerebro se acostumbra a esta estimulación artificial y reduce la producción de endocannabinoides y dopamina. Esto provoca que el consumidor sienta menos placer por las actividades cotidianas y que necesite más marihuana para sentirse bien. Así se forma la dependencia, que es el segundo paso hacia la adicción.

La dependencia se refiere a la adaptación fisiológica del organismo a la sustancia, que se manifiesta por la aparición de síntomas de abstinencia cuando se deja de consumir. Los síntomas de abstinencia de la marihuana pueden incluir irritabilidad, ansiedad, depresión, insomnio, pérdida de apetito, dolores de cabeza, sudoración y temblores. Estos síntomas pueden durar desde unos días hasta unas semanas, dependiendo de la cantidad y la frecuencia de consumo.

La adicción se refiere a la pérdida de control sobre el consumo, que se manifiesta por la incapacidad de dejar de consumir a pesar de querer hacerlo o de ser consciente de los problemas que esto ocasiona. La adicción implica un cambio en el comportamiento del consumidor, que prioriza el consumo de la sustancia por encima de otras responsabilidades, intereses o relaciones; también implica un cambio en el pensamiento del consumidor, que desarrolla una actitud de negación, racionalización o minimización de las consecuencias negativas de su consumo.

La adicción a la marihuana no es tan frecuente ni tan grave como la adicción a otras drogas, como el alcohol, la cocaína o la heroína. Sin embargo, esto no significa que no exista o que no sea un problema. Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 9% de las personas que consumen marihuana desarrollan una adicción, y este porcentaje se eleva al 17% si se empieza a consumir en la adolescencia. Además, la marihuana puede afectar negativamente el desarrollo cerebral, el rendimiento académico, la salud mental y la calidad de vida de los consumidores.

Por lo tanto, se puede concluir que la marihuana, a pesar de no contener elementos adictivos en su composición química, crea adicción en las personas que la consumen, debido a que altera el sistema de recompensa del cerebro, provocando una dependencia fisiológica y una adicción psicológica. La adicción a la marihuana es un trastorno que requiere atención profesional y tratamiento adecuado, para ayudar al consumidor a recuperar el control de su vida y su salud.


English Version

Marijuana is one of the most widely consumed drugs in the world, both for recreational and medicinal purposes. However, its use also involves health risks, especially to the brain. One of the main concerns is whether marijuana creates addiction or dependence in those who use it.

To answer this question, it is necessary to understand what addiction is and how it occurs. Addiction is a mental illness characterized by the loss of control over the consumption of a substance or the performance of a behavior, despite the negative consequences this generates. Addiction is caused by an imbalance in the brain's reward system, which is responsible for regulating pleasure, motivation and learning.

The reward system is activated when we do something that gives us satisfaction, such as eating, drinking, sex or socializing. This releases a chemical called dopamine, which makes us feel good and motivates us to repeat the behavior. However, some substances or activities can stimulate the reward system artificially and excessively, causing a feeling of euphoria that exceeds the natural pleasure. This causes the brain to adapt and reduce its sensitivity to dopamine, which generates a need to consume more to obtain the same effect. Tolerance is formed, which is the first step towards addiction.

Marijuana is a plant that contains more than 400 chemical compounds, including tetrahydrocannabinol (THC), which is responsible for the drug's psychoactive effects. THC binds to specific receptors in the brain, called cannabinoid receptors, which are also activated by natural compounds produced by the body, called endocannabinoids. These compounds regulate functions such as appetite, sleep, mood, memory and pain.

When marijuana is consumed, THC alters the normal functioning of cannabinoid receptors, interfering with the reward system. THC increases the release of dopamine, which produces a feeling of pleasure and relaxation. However, with frequent and prolonged use, the brain becomes accustomed to this artificial stimulation and reduces endocannabinoid and dopamine production. This causes the user to feel less pleasure from everyday activities and to need more marijuana to feel good. This is how dependence is formed, which is the second step towards addiction.

Dependence refers to the body's physiological adaptation to the substance, which is manifested by the appearance of withdrawal symptoms when use is stopped. Marijuana withdrawal symptoms can include irritability, anxiety, depression, insomnia, loss of appetite, headaches, sweating and tremors. These symptoms can last from a few days to a few weeks, depending on the amount and frequency of use.

Addiction refers to the loss of control over consumption, manifested by the inability to stop using despite wanting to do so or being aware of the problems it causes. Addiction implies a change in the consumer's behavior, which prioritizes the consumption of the substance over other responsibilities, interests or relationships; it also implies a change in the consumer's thinking, who develops an attitude of denial, rationalization or minimization of the negative consequences of his or her consumption.

Marijuana addiction is not as prevalent or as severe as addiction to other drugs, such as alcohol, cocaine or heroin. However, this does not mean that it does not exist or that it is not a problem. According to the World Health Organization, about 9% of people who use marijuana develop an addiction, and this percentage rises to 17% if use begins in adolescence. In addition, marijuana can negatively affect brain development, academic performance, mental health and the quality of life of users.

Therefore, it can be concluded that marijuana, despite not containing addictive elements in its chemical composition, creates addiction in people who consume it, due to the fact that it alters the brain's reward system, causing physiological dependence and psychological addiction. Marijuana addiction is a disorder that requires professional attention and adequate treatment to help the user regain control of his life and health.




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