Orientación de las "abejas carpinteras" para reconocer su nido.

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En esta entrada muestro fotografías de un nido de "abejas carpinteras" que se encuentra en una viga de madera, la cual moví a la izquierda en un ángulo de aproximadamente 30º con relación a la lámina de asbesto, ya que la viga y la lámina estaban en posición paralela, adicionalmente la entrada del nido se ubicó un poco más abajo por mover la viga.

Moví la viga para apreciar la desorientación de abejas, porque al regresar no encontrarían inmediatamente la entrada al nido. Regresaron dos abejas (una amarilla y una negra) y se desorientaron. Luego de transcurrido un breve tiempo coloqué la viga en su sitio y ambas abejas entraron al nido rápidamente.

En razón de lo anterior comentaré sobre cómo las "abejas carpinteras" reconocen su nido, basado en literatura científica que revisé.

Las "abejas carpinteras" realizan vuelos de alcance relativamente amplio cuando buscan polen y néctar, y cuando regresan a su nido lo reconocen de varias formas. El comportamiento de orientación está directamente influido por señales específicas del nido.

Las "abejas carpinteras" pueden utilizar claves visuales para la orientación próxima, se guían principalmente por su memoria visual espacial. El reconocimiento puede guiarse visualmente por la textura de la superficie del nido.

Experimentos de campo con tres especies de "abejas carpinteras" del género Xylocopa, que anidan en grandes ramas, han demostrado que la alteración del entorno visual de la entrada del nido, o de todo el tallo en el que anidan, no dificulta su capacidad para localizarlo. En el primer experimento, el entorno visual de la entrada del nido fue modificado colocando una tabla a la que se le abrió un agujero del tamaño de la entrada del nido. La presencia de la tabla cambió el aspecto externo de la entrada, y la longitud de la entrada se amplió por el grosor de la tabla. En este experimento las abejas ignoraron las alteraciones en los alrededores inmediatos de la entrada del nido. En el segundo experimento se giró o rotó el tallo donde se encontraba el nido, si la rotación era inferior a 90º, no aumentaba el tiempo de búsqueda, pero si el ángulo de rotación era superior a 90º y la entrada se situaba en la parte posterior del tallo (en relación con su posición original), las abejas tardaban bastante más tiempo en entrar al nido. El tiempo de búsqueda de la entrada del nido se incrementó significativamente tras la rotación de 180º del tallo, y las abejas buscaron durante aproximadamente ocho veces más tiempo que sin ninguna rotación del tallo. En relación con lo expuesto y lo que hice, muy probablemente, si no hubiese colocado la viga en su posición original, en algún momento las abejas hubiesen encontrado la entrada del nido.

Otra señal en el nido, que las "abejas carpinteras" emplean para reconocerlo es, a muy corta distancia, ciertos tipos de claves olfativas; químicamente por el olor del nido.

En otra investigación, donde se realizaron otros experimentos, la "abeja carpintera" reconoció inmediatamente la entrada al nido cuando estaba abierta, la reconoció con retraso cuando estaba tapada con un tapón de gomaespuma y no pareció reconocerla en absoluto cuando estaba cerrada con cinta adhesiva transparente. Estos resultados apoyaron firmemente la conclusión de que las abejas reconocen sus nidos por señales olfativas. Estas señales pueden ser generadas simplemente por el olor de la madera y de los alimentos (polen y néctar), no obstante, también se ha informado que interviene un olor individual. En algunas especies de abejas, las hembras impregnan el borde de la entrada con una sustancia de una glándula abdominal antes de partir en vuelos de búsqueda de alimento. Esta sustancia sirve como repelente contra parásitos y depredadores, pero también puede ser una señal de reconocimiento para la abeja que regresa. Cabe destacar que el nido tiene manchas de materia fecal en la entrada (en las fotografías se aprecia de color amarillo-crema que contrasta con el color marrón de la madera), por lo que el fluido rectal puede contribuir con el olor de la entrada del nido. También es de hacer notar que, a veces las abejas usan sus mandíbulas en la entrada del nido, por lo que pueden proveer una fuente oral de olor.

Adicionalmente es importante mencionar, que en un ambiente natural, las ramas secas pueden romperse y desplazarse a una nueva posición (sin caer necesariamente al suelo). Una orientación en las inmediaciones del nido basada exclusivamente en la posición absoluta del nido y en los puntos de referencia visuales circundantes ya no permitiría a la abeja reconocer su nido. Si la abeja recurre a las señales olfativas en la orientación a corta distancia, puede hacer frente a tales situaciones y reubicar su nido. Tal vez el reconocimiento olfativo del nido compense algunas de las desventajas de anidar en sustratos en descomposición como la madera seca.

Otra señal es el reconocimiento acústico, por la resonancia del sonido de vuelo en el nido, es decir, un reconocimiento guiado por los ecos del sonido de vuelo.

Finalmente comentar sobre otra investigación en la que se manipularon las señales visuales de largo y corto alcance asociadas a las entradas de los nidos, se eliminaron las señales químicas del interior de las entradas de los nidos y se añadieron señales químicas de abejas congéneres extrañas. Midiendo el efecto de estas manipulaciones en el tiempo de búsqueda de nidos y en la precisión de la búsqueda, los autores de la investigación evaluaron la importancia de las modalidades sensoriales visuales y olfativas para que las "abejas carpinteras" localizaran sus nidos dentro de agregaciones, es decir, en un grupo de nidos cercanos unos a otros. Los resultados apoyaron la hipótesis de que tanto las señales visuales como las olfativas pueden facilitar la localización de los nidos. La eliminación de las señales olfativas del nido no alteró significativamente la localización, lo que sugirió que la información olfativa puede no ser necesaria para la localización del nido cuando se dispone de información visual. Sin embargo, la adición de señales olfativas de abejas congéneres desconocidas favoreció la localización del nido en lugar de perturbarla, lo que sugirió que las abejas pueden utilizar señales olfativas de especies generalizadas para la búsqueda.

Lo que comenté en los dos primeros párrafos, mostrado en las fotografías, se puede ver en video.

Referencias

Imágenes capturadas con cámara digital Panasonic DMC-FH4.



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