Las fotografías que muestro de ninfas del saltamontes las capturé casi en la cima de una montaña en Montalbán (Carabobo, Venezuela). En la primera y segunda fotografía que muestro a continuación se pueden ver dos ninfas, y aunque en el lugar se encontraban otras, cuando me acerqué se fueron saltando rápidamente.

El género Tropidacris pertenece a la familia Romaleidae e incluye solo tres especies: Tropidacris cristata con tres subespecies (Tropidacris cristata cristata, Tropidacris cristata dux y Tropidacris cristata grandis), Tropidacris descampsi y Tropidacris collaris. El género se distribuyen ampliamente en América Latina, desde México hasta Argentina.

La especie en las fotografías corresponde a Tropidacris collaris, cuya distribución abarca desde Colombia y Venezuela hasta las partes occidentales de los Andes y Argentina, e incluso hay informes de su presencia en la isla de Trinidad, en el Caribe. Los hábitats preferidos por Tropidacris collaris van desde los húmedos bosques amazónicos y atlánticos hasta las regiones relativamente áridas de su área de distribución. Cuando son ninfas, en algunas regiones su hábitat preferido es la vegetación corta de tipo arbustivo, en la que se han registrado densidades de ninfas de hasta 300 a 400 por planta.

Tropidacris collaris se encuentra entre los saltamontes más grandes encontrados en las regiones neotropicales, con machos y hembras que varían en longitud. El crecimiento puede variar entre 2,5 y 8 meses en función de la temperatura, la alimentación y el sexo, y en tal sentido, los machos suelen alcanzar la edad adulta más rápidamente. Algunos individuos son muy grandes, sobre todo las hembras (108 a 126 milímetros), mientras que otros son a veces más pequeños, especialmente los machos (87 a 101 milímetros). La envergadura de sus alas varía de 127 a 178 milímetros.

Viven en grupos, sobre todo cuando son jóvenes, pero a medida que crecen y se hacen adultos, son más solitarios. Asimismo, viven en grupos en los niveles más bajos de la vegetación y se dejan caer al suelo cuando se les molesta. Cuando se convierten en adultos, se dispersan y suelen ir a niveles más altos de vegetación (arbustos o árboles).

Sus depredadores son numerosos, y por mencionar algunos, entre ellos se encuentran los monos, lagartos diversos, avispas y moscas parásitas, hormigas, mántidos, arañas, ácaros y nematodos, entre otros. Tropidacris collaris es un saltamontes bastante tranquilo, y como medio de defensa, tenderá a permanecer inmóvil para escapar de los depredadores, sobre todo en la fase adulta. Es un poco más nervioso cuando es joven y se vuelve más tranquilo a medida que crece. Otro medio de defensa es huir, volando o saltando de su rama, aunque por lo general no salta con frecuencia como podrían hacerlo otras especies como la langosta Locusta migratoria, la langosta Schistocerca gregaria o el saltamontes Oedipoda germánica, sino que prefiere levantar el vuelo para luego esconderse en algún rincón.

Si se siente acorralado y se insiste, puede escupir un líquido parduzco y pegajoso por la boca o emitir un sonido ruidoso con las alas, parecido a un zumbido rápido que se repite 3 o 4 veces agitando las alas rápidamente. Este mismo sonido puede producirlo durante el vuelo al plegar parcialmente las alas. Al mismo tiempo, puede mostrar claramente la coloración de las alas membranosas de color azul claro o verde claro con manchas negras, desplegándolas hacia los lados, o la coloración amarilla y roja de las patas traseras, así como el rojo de la parte superior del abdomen. Puede mostrar todos sus colores a la vez, y en todos los casos, esos colores brillantes pueden significar que es tóxica. También pueden simplemente levantar las patas traseras. Sus patas traseras, armadas con grandes espinas, pueden herir al agresor con patadas a veces violentas. La fuerza de este insecto es grande.

Es un insecto arborícola. Las ninfas y los adultos se alimentan de tejidos vegetales jóvenes, principalmente hojas, y en ataques severos las plantas pueden quedar completamente defoliadas. Por lo tanto, rara vez se le ve en el suelo, excepto cuando pone sus huevos, lo que suele hacer en el suelo.

Como exhibición sexual, los machos acarician a las hembras con sus antenas durante varios minutos o incluso 1 hora o más, con la hembra devolviendo las caricias de vez en cuando. Después, el macho simplemente se sube a la espalda de la hembra y puede permanecer allí durante mucho tiempo o intentar aparearse inmediatamente. Posteriormente, la puesta de huevos no es inmediata. Sino que tarda de 3 o 4 meses, a veces más.

La oviposición se realiza en el suelo a una profundidad de 50 a 60 milímetros y para ello utiliza las 4 cortas pero fuertes valvas en forma de gancho situadas en el extremo del abdomen. Durante esta actividad nocturna y diurna (que dura unos 2 meses), la hembra produce una ooteca muy dura de unos 5 centímetros, de aspecto esponjoso y a menudo en forma de pera, que se mimetiza perfectamente con el suelo en el que se aglomera (de color marrón). La hembra produce de 2 a 6 ootecas a lo largo de su vida, cada una de las cuales contendrá entre 88 y 116 huevos. Una vez puestos los huevos, las crías salen al cabo de 50 días.

Las crías eclosionan en oleadas sucesivas. Todas las crías eclosionan en un periodo de unos 2 meses. Durante 24 horas, las crías de la fase 1 no se alimentan, al igual que cuando acaban de mudar a las fases siguientes. El saltamontes también pasa por un periodo de ayuno de 3 a 6 días después de la última muda. Como muchos saltamontes, Tropidacris collaris pasa por 5 a 6 estadios diferentes antes de alcanzar la edad adulta, sobre todo en el caso de la hembra. Al principio, son casi totalmente negras o marrones, con algunas manchas rojas brillantes, luego, a medida que crecen, hay más rojo y aparece el amarillo en el estadio 4 (amarillo limón, a veces casi blanco o, por el contrario, a veces un poco más oscuro). En el estadio subadulto, algunas siguen siendo de varios colores y otras ya son verdes o marrones.

El adulto es de color verde o marrón, con cabeza más o menos rosada, a veces con rojo, amarillo y marrón, las alas son rosáceas con partes más oscuras, y color blanco en el lateral de las patas traseras. Un adulto puede dar la impresión de ser totalmente verde cuando no se le observa con atención.

Los adultos viven durante la estación seca y empiezan a morir cuando comienzan las lluvias. Los adultos viven de 6 meses a 1 año, o incluso más. Se ha documentado a un macho que vivió algo más de 11 meses y a una hembra alrededor de 1 año. En general, las hembras viven de 6 a 9 meses y los machos un poco menos.