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La creciente población humana, que hasta el primer semestre del año 2023 llegaba a los 8 045 311 500 habitantes, demanda cada vez más agua potable, energía y sobre todo, alimentos que sustenten todas esas bocas hambrientas, muchas de las cuales no logran superar la adolescencia como consecuencia de la desnutrición que, casi siempre está acompañada de una higiene precaria a la hora de consumir el agua y preparar las comidas que son indispensables para la vida.

Parte de mi grupo familiar, con evidente fecundidad, conformado por familias de clase media, con un apropiado acceso a los alimentos y asociado a excelentes normas de higiene y nutrición. Noten que la mayoría la constituyen gente joven.

El deterioro de las fuentes de agua, y los alimentos es tan real que la Organización Mundial de la Salud ha dedicado todo su esfuerzo en controlar estas terribles pérdidas, motivada por la existencia de regiones realmente alarmantes por la hambruna que presentan muchos de sus habitantes y el escaso acceso al agua potable o a fuentes limpias de energía, siendo los más afectados los grupos etarios que incluyen a la población infantil, que además de sufrir las penurias de la desnutrición, se ven imposibilitados de emprender traslados de inmigración para encontrar comida en otros lugares, como si lo pueden hacer algunos adultos, que escapan de las olas de miseria donde viven.

Un fruto de excelente valor nutricional, como este mango (Manguifera indica), que ha sido atacado por hormigas o algún ave, puede constituirse en fuente de organismos patógenos que pueden invadir nuestro cuerpo, si lo consumimos en ese estado de deterioro.

Video subido desde mi cuenta de YouTube, que pueden seguir como Ali Riera, que comprueba la factibilidad de que el agua sirva de medio propicio para el desarrollo de patógenos.

Cada año, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y agricultura, o Food and Agriculture organization of United Nations), publica su informe denominado “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, donde refleja la crítica situación del problema del acceso al agua potable, los alimentos y la energía limpia, sobre todo en regiones como Asia y África, aunque algunas regiones de América también están incluidas en la lista de zonas críticas que, de hecho, no dan señales de cumplir la meta del año 2030, de hambre cero en el mundo. La ONU estima que más de 700 millones de personas fueron víctimas del hambre durante el año 2020, cifra que aumentó a más de 1000 millones durante 2021 y 2022, a lo que se une la proyección para enero de 2023, de 4,3 nacimientos y dos decesos por segundo, en todo el mundo.

Mi amiga María y su pequeño hijo, se dirigen a buscar un bidón de agua en una laguna artesanal, que representa la única fuente de agua para una comunidad rural de más de 300 personas, en el sector El Toro, al norte del Edo. Lara.

El agua turbia de esta laguna surte a la comunidad de Mojomú, en el pie de la montaña de Mucuragua. Cuando consiguen un vehículo de doble tracción, pueden ir a comprar un tanque de agua de mejor calidad, pero ese es un gasto oneroso.

Estos datos de entes internacionales dan mucha relevancia al cuidado que debemos poner a la hora de proteger cualquier alimento que nos sirva de fuente nutricional, ya que la propia ONU estima que existen unas doscientas enfermedades de origen alimentario, incluida el agua, que afectan a un sector importante de la población mundial, sobre todo, después de conocer las metas de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), realizada durante el año 2012, que en definitiva persigue, como ya se mencionó, hambre cero en el mundo para el año 2030, y los objetivos de desarrollo sostenible, entre los que destacan:
Poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana y nutritiva;

La carencia de sistemas de disposición de aguas residuales, y la ausencia de lagunas de oxidación, hacen que las aguas negras se acumulen cerca de las casas , donde los animales dométicos como estas gallinas, se dedican a escarbar y alimentarse, adquiriendo parásitos, convirtiéndose así, en alimentos potencialmente peligrosos por la carga de contaminación que se queda en sus tejidos, cuya carne es consumida por los humanos.

Otros objetivos de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20),son:
Poner fin a las formas de malnutrición.
Duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala.
Asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos.
Aumentar las inversiones en la investigación agrícola.
Corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios mundiales.
Adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de productos básicos alimentarios.

Al norte del Edo. Lara, existen tierras aptas para la agricultura, pero por ser zonas enmarcadas en el bioma de matorral xerófito, carecen de suficientes fuentes de agua.

Queda como responsabilidad de los gobiernos locales, regionales y nacional, perforar suficientes pozos subterráneos a fin de extraer el agua de las capas freáticas, que son de buena calidad y también puede ser usada para el consumo humano.

A nivel mundial, se estima que existen más de 800 millones de personas desnutridas, de las cuales , la mayoría se distribuye entre África y Asia (250 y 450 millones, respectivamente) y 100 millones viven en América Latina y el Caribe.
De esos 800 millones a nivel mundial, 150 millones (19%) de los niños menores de cinco años sufrieron retraso en el crecimiento durante el año 2021.

He visitado zonas rurales del norte del Edo. Lara y he podido comprobar que los padres se desviven en dar una buena alimentación a sus hijos y son muy cuidadosos con la higiene personal de esos muchachos.

Otro objetivo importante de la FAO es poner fin al retraso en el crecimiento en niños y niñas menores de dos años; lograr que el 100% de las personas tenga acceso a una alimentación adecuada, durante todo el año; conseguir que todos los sistemas alimentarios sean sostenibles; aumentar un 100% la productividad y el ingreso de los pequeños agricultores; acabar con las pérdidas después de la cosecha y el despilfarro de alimentos.

El maíz, preparado de diversas maneras, es la base de la dieta de los campesinos que habitan la zona norte del Edo. Lara, producto al cual tienen acceso asegurado ya que lo cultivan en sus conucos, en forma habitual. Lamentablemente, los sectores más desposeidos de las zonas urbanas tienen que comprar harina de maíz, o esperar por las harinas que traen las bolsas clap, que les entrega el gobierno nacional (4 kg al mes, por núcleo familiar), para poder consumir las arepas, base de la alimentación de los venezolanos.

Venezuela es un país que cuenta con importantes cursos de agua dulce y el mar Caribe, que permiten a los pueblos ribereños o costeros acceder a una importante fuente proteica, como es el pescado. De nuevo, quienes se ven limitados de consumir este producto son los sectores más pobres que plenan los cordones de miseria, la mayoría en barrios urbanos, carentes, además, de los servicios básicos para una vida digna.

Debemos tener presente que la ONU considera el desarrollo sostenible como aquel que permite un desarrollo económico y social respetuoso con el medio ambiente, atendiendo las necesidades de las actuales generaciones, sin comprometer el acceso de las de las generaciones futuras a esos recursos que garanticen la satisfacción de sus necesidades básicas de vida.

El cultivo de la piña, muy desarrollado en la zonas montañosas del norte del Edo. Lara, no es un cultivo que cumpla con los criterios de desarrollo sostenible de la ONU, a pesar de ser una fuente importante de ingresos económicos, y aporte nutricional para los seres humanos y especies silvestres de la zona. Los piñicultores destruyen lentamente la montaña y no cumplen con la debida reforestación, tanto por culpa de los propios agricultores, como por las coimas que reciben los entes de guardería ambiental, para no abrir expedientes que garanticen la debida recuperación de la montaña talada y quemada. La ley vigente obliga a sembrar 10 árboles por cada uno talado y la supervisión oficial hasta lograr su desarrollo.

Es necesario que conozcamos el aspecto biológico que influye en la pérdida de los alimentos, ya sea por mal manejo, infecciones, infestaciones y la presencia de toxinas dañinas que, al entrar en contacto con nuestro organismo, generan una sintomatología típica, de enfermedades gastrointestinales, y de otro orden, que afectan la vida de los seres humanos, especialmente la de los más vulnerables, los niños.

Las intoxicaciones alimentarias o toxiinfecciones, son perturbaciones de la salud que afectan a los seres humanos, producidas por el consumo de alimentos en mal estado, ya sea por mal manejo, perdida de la cadena de frío, o por la invasión de patógenos, que derivan en enfermedades por infestación, infección, o intoxicación sistémica del organismo.

Esta larva de un insecto no identificado, en etapa terciaria, a punto de convertirse en pupa, fue encontrada entre las hojas de una lechuga repollada, con la cual ibamos a preparar una ensalada. Si es ingerida por un humano, esta larva puede transferir microorganismos patógenos que nos causarían alguna enfermedad.

Infección alimentaria: Es la pérdida del estado de salud como consecuencia del ingreso al organismo de microorganismos patógenos, como virus o bacterias. Un virus es capaz de utilizar su material genético para dirigir la síntesis de proteínas dentro de la célula invadida, y lograr que esta entidad anatómica replique ese material genético para formas nuevos virus que, de esa forma logran proliferar causando desarreglos anatómicos, y un cuadro sintomático específico, poco tolerable para el individuo que sufre la infección. Esta afección se trata con medicamentos retrovirales.
La bacteriosis es una infección, o invasión del cuerpo humano por parte de bacterias patógenas, que a medida que cumplen su ciclo vital van liberando toxinas que nos causan serios perjuicios a la salud. El cuerpo humano posee muchas bacterias benéficas, especialmente, en la flora bacteriana, que se mantienen en un equilibrio dinámico, pero al descontrolarse también pueden causarnos enfermedades. Estas infecciones bacterianas se tratan con antibióticos.
Tanto los virus o bacterias son agentes causales de enfermedades, cuya puerta de entrada son las vías digestivas, heridas o vías respiratorias. Cuando se consumen alimentos contaminados, la puerta de entrada la constituyen la boca.

Una comida higiénica no necesita de utensilios costosos, sino de mucha precaución a la hora de preparar los jugos, que deben ser hechos con frutas frescas y en buen estado, usando agua potable, libre de contaminantes. Lo más conveniente es filtar el agua y hervirla, antes de usarla.
EL consumo de alimentos que aportan proteinas, como los huevos, requiere que se usen productos frescos, ya que los huevos en mal estado pueden ser portadoes de virus, que en general son dañinos para nuestra salud.

Infestación alimentaria: En muchas ocasiones consumimos alimentos que se ven en buen estado, pero están contaminados con alguna forma parasitaria, ya sean huevos encapsulados, larvas de insectos, moluscos, platelmintos, nematelmintos, etc., en cualquier etapa de desarrollo, adultos de nemátodos, moluscos, carne de animales silvestres o de ganado sin revisión del ministerio de salud que, al estar dentro de nuestro cuerpo, desarrollan su ciclo vital nutriéndose a partir de nuestra sangre, bolo alimenticio o de nuestras células, causando severos daños a los tejidos corporales. Estos agentes causales de enfermedades penetran a nuestro organismo a través de las vías digestivas (boca), al consumir los alimentos contaminados.

Muchas veces, los alimentos que compramos en los mercados tienen buen aspecto exterior, pero al cortarlos y quitar la cáscara nos encontramos con sorpresas desagradables, como esta larva de un insecto, coleoptero, de nombre gorgojo de la papa o gorgojo de los andes (Especie Premnotrypes vorax, Hustache, 1933, Familia Curculionidae, Orden Coleopetera, Clase Insecta). Estas larvas abren el camino a posibles patógenos que se incorporan a este tubérculo, que probablemente podemos ingerir si no cocinamos bien este vegetal. Además, causan serias pérdidas a los agricultores.

Intoxicaciones alimentarias: En ocasiones consumimos alimentos que pueden contener toxinas, agroquímicos, metales pesados, orina o heces fecales de animales, etc., que al penetrar en nuestro organismo afectan el metabolismo celular y distorsionan toda la armonía que reina en nuestro conjunto sistémico.
El agua y muchos alimentos contaminados se convierten en vehículos que permiten la ingesta de esos productos tóxicos, y la puerta de entrada es la boca, y de ahí, a todo el organismo.

La basura generada por la actividad humana, atrae a animales como las ratas noruegas o grises (Rattus norvegicus, Berkenhout, 1769, Familia Muridae, Orden Rodentiase, Clase Mammalia), que son portadoras de virus, hongos y bacterias, y en su andar se posan y se alimentan de nuestra comida, dejando restos de orina y heces fecales que, de no tener la debida precaución, podemos ingerir de manera involuntaria, adquiriendo con ello, patógenos que van a deteriorar nuestro estado de salud.

La mayoría de las veces sufrimos una toxiinfección, pero no lo sabemos hasta que se hacen presentes los síntomas, ya que no siempre se nota que los alimentos están contaminados.
En la Venezuela actual, con la terrible crisis económica que atraviesa desde hace unos diez años, mucha gente pobre está sacando comida de los contenedores de basura para alimentarse y, a no ser que tengan un sistema inmunitario muy fuerte, pronto van a comenzar a sufrir diversas y graves patologías gastrointestinales, del sistema nervioso, y muscular.

Mucha gente, carente de recursos económicos para comprar alimentos, han optado por buscar restos de comida en los camiones y contenedoes de basura, con el agravante de los riesgos a la salud que eso implica.

Los alimentos crudos o mal cocinados también representan una seria amenaza a la salud de las personas, así como el uso de aguas servidas para regadío de cultivos agrícolas, o el consumo de agua no potable.

La carne de ganado y otros productos de naturaleza proteica, acumulan bacterias, esporas de hongos y virus, que de no someterse a la correcta cocción pueden transferirlos a nuestro organismo cuando los consumimos.

Lo ideal es someter la carne al calor de las brasas, para garantizar que se eliminen todos los patógenos que contenga en sus tejidos.

Entre los patógenos más comunes causantes de toxiinfeciones destacan:

Salmonella, Listeria monocytogenes, Norovirus, Escherichia coli, Toxoplasma gondii, Clostridium perfrigens, Campylobacter, Clostridium botulinum, Bacillus cereus, entre otros importantes.

Esta es la ooteca de una cucaracha alemana o chiripa ( Blattella germanica, Linnaeus, 1767, Familia Blattellidae, Orden Blattodea), comparada referencialmente con la punta de un bolígrafo (8 mm), que por su pequeño tamaño puede pasar inadvertida entre nuestros alimentos, de la que eclosionan varias ninfas, que se pasean y consumen nuestra comida, contaminándola con sus excrementos y con patógenos que portan en su cuerpo, especialmente, hongos, virus y bacterias, que se convierten en agentes causales de enfermedades para los seres humanos.

Muchos de estos patógenos conviven en nuestra flora bacteriana, pero al ocurrir la ingesta de toxinas y alimentos contaminados sus poblaciones se exacerban a tal punto que se convierten en fuente de problemas gastrointestinales, que pueden incluir, además, estados febriles, malestar general, afectaciones del sistema esquelético, síndrome de Guillain-Barré, y otras afecciones del sistema nervioso y muscular, como artritis, meningitis, espasmos musculares, tétanos, desnutrición y pérdida de masas muscular, pérdida de la visión, dermatitis, etc.
El toxoplasma puede inducir el aborto y malformaciones congénitas.

Los niños, por sus hábitos de llevarse todo lo que encuentran en el piso a la boca, e ingerir los alimentos sin precaución, son los más propensos a sufrir toxiinfecciones por consumo de alimentos contaminados.

En los países desarrollados, de Europa y América, existen controles y monitoreo, a través de redes de alerta, que garantizan una rápida respuesta por parte de los entes gubernamentales relacionados con el manejo de alimentos y las toxiinfecciones, cosa que no ocurre en países más pobres y poblados del mundo, como es en los cordones de miseria de América, África o Asia, donde la escasez de agua potable y alimentos, obliga a los habitantes menos favorecidos a consumir lo que encuentran, con el agravante de adquirir enfermedades severas, que muchas veces conducen a la muerte, sobre todo, de la población infantil y los adultos mayores.

La alimentación de las personas mayores, como la sra. Aura, mi mamá, de noventa años de edad, debe ser vigilada por adultos responsables, a fin de impedir que en razón de su senectud, vayan a consumir alimentos contaminados, o potencialmente tóxicos, evitándoles así, la pérdida del estado de salud.

El hacinamiento y la falta de higiene, en la cual viven los grupos humanos más desposeídos, favorece la proliferación de las enfermedades provocadas por la ingesta de alimentos contaminados.
Muchas veces, estas alertas por contaminación de alimento, también buscan proteger a las mascotas y al ganado, así como a las especies silvestres.

El pienso, o pasto, que damos al ganado debe estar libre de patógenos, para impedir que sufran enfermedades, que deterioren su salud, o se conviertan en zoonosis, que nos afecten a los humanos.

Los animales silvestres mantenidos en el cautiverio de los zoológicos, como estos avestruces del Parque zoológico y Botánico Bararida, ubicado en Barquisimeto, corren gran riesgo de contrarer enfermedades por la ingesta de alimentos contaminados, que se exacerba, por el estres al que son sometidos para adaptarse a la vida en cautiverio vigilado.

Bibliografía sugerida:

La población mundial sube a 7.900 millones de personas.
FUENTE

¿Qué es una toxiinfección alimentaria?
FUENTE

Toxiinfecciones alimentarias: las 10 más comunes.
FUENTE

Gorgojo de los andes.
FUENTE

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Ali Riera

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