Una mirada a un escarabajo de "cuernos largos" del género Oxymerus

El mundo actual probablemente esté dominado por nuestra especie, ya que tenemos una absurda facilidad para destruir con solo mover los dedos; sin embargo, si cambiamos esta perspectiva a temas numéricos les aseguro que nos quedamos muy pequeños, pues, desde hace mucho tiempo se sabe que los insectos son los indiscutibles dominantes en lo que respecta a cantidad y variedad, prácticamente están en cualquier parte. El hecho de que los bichos tengan un claro dominio numérico también los hace extremadamente importantes, por lo que están estrechamente conectados a infinidades de procesos naturales que ocurren en cada momento en nuestro basto mundo, así que es hasta probable que sean más importantes que nosotros mismos. A su vez, si hablamos de que hay millones y millones de ellos, también es lógico que algunos de estos bichos tengan una mayor dominancia que otros, por lo que aquí destaco sin ninguna distinción a los coleópteros, ya que son los que desde hace miles de años se han quedado con esa corona que los cataloga como los más numerosos, entrando aquí también el premio a los más diversos, ya saben, tienen un reinado de formas, colores, tamaños, gustos y hábitats muy variados, siendo realmente increíbles estos bichos con armadura que conocemos como escarabajos.

Por desgracia, los elevados números de estos seres con armadura (escarabajos) también los puede convertir en organismos muy competitivos, más que todo cuando de alguna forma los conectamos con nuestra especie o mejor dicho, con las actividades humanas. Esto lo digo porque muchos de estos bichos son atraídos por algunos tipos de cultivos, dependiendo mucho esto de la especie, así que en estos casos el humano comienza una "lucha" empujada por la protección de la cosecha y el control poblacional de las "plagas", mientras que los escarabajos luchan por su permanencia y por el alimento. Estos últimos solo buscan los mejores lugares para subsistir, por lo que los agroecosistemas les brindan todo tipo de comodidades, pero para nosotros todo esto se terminará por transformarse en problemas a corto y largo plazo. Dicho esto, en esta publicación quiero presentar a uno de los visitantes más vistosos que llegaron este inicio del 2024 a mis plantas, se trata de un escarabajo, uno de antenas realmente largas que forma parte de la siempre llamativa familia Cerambycidae.

El ejemplar presentado en las fotografías resalta principalmente por la longitud que tienen sus antenas, al ser un escarabajo y presentar estas inconfundibles características es podemos catalogarlo como un espécimen de los llamados "longicornios". Este básicamente es miembro activo de un taxón en donde sus integrantes suelen tener habitualmente los cuerpos alargados y una longitud muy pronunciada de sus antenas, por esto último se les llama "longicornios"; en cuanto a los colores pueden ser muy variados, aquí juega un papel muy importante la especie a la que pertenezca el ejemplar. Pude darme cuenta de su presencia porque encontré en el suelo cierta cantidad de pequeños restos de frutos, al mirar arriba estaba este insecto consumiendo los frutos de un árbol de guayaba, los primeros en agujerear los frutos fueron las aves, luego este cerambícido aprovechó la ocasión para obtener algo de alimento, lo que hacía era desprender un pedazo y luego de darle un par de mordidas lo dejaba caer, por esto el suelo estaba repleto de pequeños restos de estos frutos.

Sobre estas variedades de escarabajos ya tengo algunos posts, pero no sobre esta especie en particular la cual es primera vez que veo en la zona en donde vivo, tienen un buen vuelo, por lo que pueden recorrer buenas distancias en búsqueda de alimento o pareja. Puedes ver otro post que tengo referida a Cerambycidae en este Link y ver las diferencias que hay entre este ejemplar y el que muestro en esa publicación.

Por otro lado, desde este inicio destaco que estas especies de cerambícidos no son plagas directas de la guayaba, sino que son algo oportunistas. Con esto a lo que hago referencia es a que pueden alimentarse de frutos que ya han sido previamente destruidos por otras formas de vida, simplemente los cerambícidos son atraídos por el olor que desprende el fruto al ser perforado por aves u otros insectos, esto suele generarles el problema de que pueden ser vistos como el principal responsable de dichos daños, cuando la realidad es otra. Ahora, en cuanto al principal atractivo de estos peculiares bichos sus siempre increíbles antenas tienden a ser muy largas y están constituidas por una serie de segmentos, la cantidad de estas piezas puede ser muy variada en cada miembro de esta familia, por lo que algunos tienen 10 artejos en cada una de estas estructuras (antenas) y otros pueden superar ese número fácilmente, por esto menciono mucho lo de que dichas diferencias dependen mucho de la especie y pueden contribuir para identificarlas.

En esta fotografía podemos ver una de las posiciones más habituales en las que colocan sus antenas, desde hace bastante tiempo he notado que dicha postura de antenas erguidas con la punta arqueada la suelen adoptar tras sentirse molestadas, así que es probable que sea una forma de estar alerta o la pueden usar para verse más amenazantes.

^{¿De qué especie se trata?}

Una de las mejores partes de tener a un insecto en tus manos es trabajar para identificarlo, esto a veces suele ser sencillo, pero en otras ocasiones puede ser todo un reto al que hay que invertirle muchas horas de tu tiempo; sin embargo, con este ejemplar ya hay un gran camino recorrido gracias a la experiencia, así que el punto de partida es la familia que, como ya había mencionado, es la Cerambycidae. Primeramente, gracias a estas fotografías podemos apreciar sin problemas todo lo que constituye su dorso, sobre este se resaltan algunos colores y marcas que serán vitales para identificar a este cerambícido, de manera que, tenemos un color marrón o pardo predominante que se suele volver más oscuro en ciertas partes como en las antenas por un lado y por el otro en los élitros, precisamente en este último hay otras cosas llamativas como lo son 3 líneas amarillas en cada élitro que se ubican de forma longitudinal, dando en total 6 de estas líneas.

De igual manera, hay otro detalle que no podemos descartar, pues, sobre el dorso del tórax de dicho cerambícido hay 7 puntos negros de los cuales los 3 del medio forman un triángulo invertido si los observamos bien. Estos datos superficiales nos remiten a los ejemplares de un género conocido como Oxymerus, por ubicación y otras características menores la especie es Oxymerus aculeatus, un ejemplar bastante conocido o con algo de popularidad en américa central y también en el sur de dicho continente, aunque también ha logrado diseminarse a nuevas extensiones geográficas.

Por otra parte, los ojos de este espécimen del género Oxymerus no son muy grandes, pero su mejor fortaleza para encontrar todo lo que necesita radica en sus principales receptores, en este caso terminan siendo esas largas antenas que incluso superan hasta el propio tamaño de sus cuerpos, con esto me refiero a lo largas que son. Así mismo, este pequeño miembro de Oxymerus si puede llegar a ser considerado "plaga" en muchos de los países en los que reside naturalmente, ya que de manera ocasional los adultos pueden priorizar objetivos como flores, hojas o tallos de determinados tipos de plantas, por ejemplo, maíz, arroz o tomate. Mientras que también pueden causar afectaciones en lo referido a tallos leñosos, así que todo el accionar de estos especímenes puede entorpecer un determinado sistema productivo generando perdidas a largo plazo, esto nos indica que en estos aspecto nunca deben subestimarse.

En estas fotos podemos apreciar que las mandíbulas de este Oxymerus no son muy grandes, pero son lo suficientemente fuertes para romper flores, hojas o incluso para realizar ciertas perforaciones en la madera, ya en otros posts he destacado mucho la fuerza de este tipo de bichos desde un punto de vista general, son organismos de cuerpos muy rústicos que en ocasiones pueden verse hasta pesados, así son los escarabajos.

Por si hay dudas, ningún ejemplar de Oxymerus u otro longicornio de otros grupos representan un peligro para el humano, ya que no poseen ningún tipo de mecanismo con el que puedan causar algún mal como envenenamiento u algún tipo de picadura, así que en estos aspectos no hay nada de lo que haya que preocuparse, el único problema que puede existir yace en las conexiones que pueden tener con algunos cultivos, afectando de esta manera el bolsillo del productor. De igual manera, desde lo positivo hay mucho que comentar, pero solo destacaré el hecho de que cada longicornio incluyendo a este ejemplar del ya nombrado género Oxymerus suelen ser muy buenos trabajadores en lo que se refiere a la descomposición de materia vegetal, de preferencia todo aquello que engloba a la madera que está en descomposición, así que les facilitan las labores a muchos otros organismos y contribuyen a mantener los ecosistemas limpios, un punto a favor de los Oxymerus.

Las fotografías empleadas en este post pertenecen al autor @abneagro. Las imágenes fueron editadas con la aplicación Canva.

Algunas referencias:

Escarabajos longicornios (Cerambycidae)

¿Por qué son importantes los escarabajos de antenas largas?

Oxymerus aculeatus