Piojos de la corteza | Pequeña investigación e identificación de insectos tejedores
Desde hace unos días he estado intentando identificar a unos diminutos insectos que han colonizado la corteza de ciertos árboles que hay en la localidad en donde hago vida. Esta pequeña misión no ha sido sencilla debido al tamaño que tienen estos especímenes, también pude descubrir que guardan cierta relación con otros organismos que viven entre ellos, aunque no sé todavía el tipo de interacción biológica que mantienen con exactitud, por lo que aun me falta mucha tela que cortar. De esta manera, en esta publicación mostraré gran parte de los avances que tengo estudiando a estos insectos que pertenecen al orden Psocodea.
La colonización y el expansionismo por parte de los insectos ha sido tan grande que hay muy pocos lugares en donde realmente no exista ninguno de ellos, pues, a la mayoría de estos seres podemos verlos con relativa facilidad y continuamente yendo de un lugar a otro cada día, ya sea por tierra o aire. Sin embargo, hay otros que siempre están presentes y nunca podemos verlos directamente porque sus dimensiones corporales son muy pequeñas, pero ahí están haciendo de las suyas y, quizás, observando todas y cada una de tus actividades de manera frecuente. Un notable ejemplo del dominio de estos organismos lo encontramos en nuestros propios libros, con esto no me refiero al texto o a las investigaciones que hay plasmados en ellos, sino a lo que vive dentro de cada documento o libro antiguo que tenemos almacenados. Es probable que en algún momento hayas abierto un libro y de la nada diminutos seres comienzan a moverse de un sitio a otro, por desgracia, son tan pequeños que nuestra vista no puede definir bien lo que son en dicho momento, pero puedo asegurarles que se trata de alguna clase de artrópodos.
Por otro lado, todos aquí hemos ingerido en algún momento a uno de estos organismos, por muy asqueroso que se lea esto, en la comida siempre se cuelan algunos de ellos y sus tamaños los hacen pasar desapercibidos, por fortuna son inocuos y no nos generan algún problema estomacal, claro, siempre hay excepciones a esto. Solo imagina que ese mundo en miniatura, es constantemente aspirado por nuestra nariz, siendo luego desechados a través de nuestros fluidos o quizás por un fuerte estornudo, no todo son virus, bacterias o el polvo, también hay micro-insectos o arácnidos (ácaros) que son expulsados tras una reacción alérgica si estos fueron los responsables. En este sentido, este será uno de los temas de discusión de este artículo, no me refiero a las alergias, sino al más pequeño mundo que abarcan los insectos, aquellos que están en todos lados y que a su vez parecen no existir, ya que sus tamaños los hace invisibles para nosotros, pero siempre nos dejan pistas o rastros.
Si alguna vez te sientes solo, piensa... ¿Realmente lo estás?
Hace un par de semanas había sido consultado por algunos conocidos que me decían que hay varios de sus árboles con la corteza repleta de telarañas, el temor de ellos es porque realmente había mucha y temían que se tratara de alguna plaga que exterminara sus plantas. En un inicio vi la posibilidad de que fuera algún tipo de araña que había sobrepoblado el lugar, nada de que preocuparse si fueran estas. Sin embargo, había cosas que noté como extrañas, estas sedosas telas eran una sola masa que cubría una gran porción de los tallos leñosos de las plantas hospederas, como si bajo estas telas existiera una gran colonia de algún ser vivo. El asunto es que, por ejemplo, una de las posibilidades eran arácnidos Oecobius (Ver post aquí) y ellas hacen sus refugios por separado (nunca en colonia) y estos son pequeños, como pequeños parches. A su vez, intente iluminar esta tela sedosa para ver que se veía bajo esta, notándose ciertos movimientos en la parte de adentro, pero era insuficiente para saber lo que realmente era.
Posteriormente, empecé a remover esta densa y sedosa capa para poder observar de una mejor forma y, en efecto, habían diminutos organismos que se alteraron tras la exposición a la luz del sol. Al no ser posible identificarlos por sus tamaños, tuve que intentar recolectarlos en algún recipiente para observarlos tranquilamente en casa, para recolectar las muestras realicé sutiles barridos con un pequeño pincel de cerdas suaves, cayendo en el recipiente algunos de estos pequeños organismos y una gran cantidad de pequeñas partículas que se encontraban bajo esta "telaraña".
Ya estando en un lugar más cómodo, dentro del recipiente se podía apreciar el movimiento de estos organismos, claramente era algún tipo de insecto por sus formas corporales, así que aquí descarte a los arácnidos que, por la elaboración de telas, eran la principal posibilidad; no obstante, este grupo de animales (arañas) no son los únicos que pueden hacerlo, pero si los más especializados en tejer, esto lo iré explicando más adelante. Al observar con ayuda de equipos a estos pequeños organismos pude obtener las 2 primeras fotografías cercanas, en la de la izquierda es imposible encontrarle una buena forma al espécimen, pues, tras generar cierta presión con el pincel sobre la corteza del árbol algunos de estos insectos fueron destruidos y esto los dejó en muy mal estado, pero a la derecha se muestra a uno que logré encontrar que si tenia mejor aspecto. En dicha imagen se define perfectamente lo que es (insecto), ya que se ve cada división de su cuerpo, alas y antenas, siendo esto suficiente para terminar de disipar las dudas. Por apariencia superficial ya tenía una posibilidad, podía tratarse de psocópteros, aquellos que comúnmente son conocidos como "piojos", pero quería encontrar a más especímenes en buen estado para intentar identificarlos.
Por otro lado, como necesitaba encontrar a otros ejemplares en mejor estado, entonces me dispuse a observar todo el pequeño "polvo" que se encontraba bajo esas telarañas y que habían caído dentro del recipiente junto a los ejemplares que mostré en la sección anterior. Cuando observe este polvo de manera superficial no podía ver movimiento o indicios de vida en él, pero cuando use el equipo para analizar y observar más de cerca me lleve una sorpresa, pues, lo primero a destacar es que todas esas diminutas partículas no es en realidad polvo, sino que son miles de diminutos excrementos de estos insectos aglomerados y mezclados con otros desechos vegetales y, por si fuera poco, había mucha vida desplazándose sobre estos excrementos.
En la fotografía se muestra a los seres que gobiernan sobre esta montaña de excrementos, pude ver una gran cantidad de ellos, se trata de ácaros con tamaños muy por debajo del milímetro y de un color muy similar al de los desechos (verde oscuro), así que si no se mueven, es muy difícil verlos. No tengo ni la más remota idea de la especie de este ácaro por ahora, pero me llama la atención que estos pueden estar conectados con los diminutos insectos que en este momento presento en esta publicación, deben realizar algún tipo de interacción entre ellos para convivir de una manera sana bajo esa cubierta protectora hecha de seda.
En este segmento se presenta una mejor imagen sobre el insecto protagonista de este post, estos ejemplares miden entre 1 a 3 milímetros de longitud, dependiendo esto de la etapa del desarrollo en la que estén, así que pueden ser más pequeños. La coloración varía entre la marrón y la amarilla, pude encontrar a varios ejemplares que eran algo distintos entre ellos, tanto en color como en la existencia o carencia de ciertas estructuras morfológicas, pero todos y cada uno de ellos eran de la misma especie. Esta variedad fenotípica y sus más acentuadas características generales me confirman que si son esos pequeños que conocemos como "piojos" (en este caso Psocoptera), pero ¿cómo es posible que existan sobre las plantas? ¿no son solo parásitos de animales? pues, en realidad, este grupo es muy numeroso y está perfectamente diversificado, así que no solo hay parásitos, sino que algunas especies tienen otro tipo de conducta y una dieta muy diferente a la de succionar sangre, esta última es la que tienen aquellas especies que colonizan nuestro cabello, todos pertenecen al superorden u orden Psocodea y por ello guardan cierta relación o parentesco.
Los ejemplares de esta publicación se alimentan de diferentes desechos que se acumulan sobre la corteza de los árboles y, para resguardarse, son capaces de usar una serie de glándulas que tienen en su boca para elaborar una seda, esto recuerda en cierto sentido a las orugas, así que para cubrir una gran extensión de la corteza de un árbol se necesitan miles o millones de estos especímenes trabajando en conjunto, en pocas palabras, tienen una conducta de trabajo muy cercana a las hormigas. A su vez, quizás lo más curioso es lo que mencioné en el párrafo anterior, algunos de ellos tienen muchas diferencias entre sus propios miembros, por ejemplo, hay integrantes que no tienen alas, mientras que otros si que las tienen bien desarrolladas, pero también hay un punto medio, con esto me refiero a que algunos adultos tienen alas pero de muy pequeño tamaño, imposibilitando esto el que puedan volar.
Por otra parte, los ojos en el insecto de esta publicación son muy pequeños y están muy separados entre ellos, siendo casi tan ciegos o con mala visión como la mayoría de hormigas, por ejemplo. Asimismo, toda esta serie de observaciones en base a sus características me hace ubicarlos por el momento en la familia Archipsocidae, siendo muy probable que la especie se ubique en el género Archipsocus.
Otra cosa que se me había olvidado mencionar es que, entre las pequeñas masa de excrementos y materia vegetal que colecte de los refugios también habían huevos, estos pertenecen a estos "piojos", aunque no sé si son colocados directamente sobre los desechos o si se mezclaron por el barrido superficial que hice tras la colecta. De igual manera, destaco que estos especímenes sufren de 6 fases durante el desarrollo, la primera es la de huevo y luego proceden 4 fases como ninfas, la última es la fase como adulto. La mayoría de estos se caracteriza ya por tener alas grandes o intermedias, los juveniles solo tienen esbozos de estas estructuras, siendo más notorias en la tercera fase de sus desarrollos. Asimismo, las antenas tienen un total de 13 segmentos contando la base, gracias a sus tamaños tienen diferentes formas de diseminarse, la más común es la generada por el vuelo de aquellos que pueden hacerlo, pero otra forma es ser arrastrado por las ráfagas o corrientes de aire, son muy pequeños, así que esto es muy fácil para ellos.
Generalmente, estos no son dañinos para las especies vegetales, ya que no se alimentan directamente de ellas, pero una elevada población de estos puede llegar a que sus telas o refugios cubran una gran área de las plantas, pudiendo esto limitar o restar eficiencia a ciertos procesos naturales que realizan las plantas y también dañar su estética, pero es algo poco probable.
Todas las imágenes usadas en este post pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas con teléfono Redmi 8A y se editaron con la aplicación Canva
Algunas referencias:
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