¿Devoradores de cerebros? | Un mundo de insectos llamados "tijeretas"

El título de este post puede verse un poco amarillista o Clickbait, pero el insecto que se presentará tiene varios mitos que circulan en torno a él, siendo el mencionado en el título uno de ellos. En mi publicación anterior la cual era referida a un escarabajo de grandes y pronunciadas mandíbulas, pude leer una serie de comentarios sobre lo terrorífico o "peligroso" que se veía debido a dicha característica. Sin embargo, ese insecto resulta ser completamente inofensivo para nosotros, así que quise elaborar otra publicación utilizando a otro tipo de insecto que también llega a generar cierta incomodidad debido a 2 grandes pinzas que sobresalen en una de las secciones de su cuerpo. De manera que, en esta publicación podrás conocer un poco más sobre insectos de un pequeño orden llamado Dermaptera, es muy probable que en algún momento de tu vida te hayas encontrado con una de las miles de especies de estos insectos conocidos vulgarmente como "tijeretas".

La pregunta es... ¿Serán peligrosos?

Los hexápodos llegan a contar con distintas piezas en sus cuerpos que pueden parecer herramientas de mucho peligro, así que cuando vemos imágenes o fotografías de estos animales una de las cosas en las que más nos fijamos es en lo que parece que puede hacer daño, cosas como espinas, púas, colmillos, aguijones, mandíbulas o cualquier otra pieza similar a cuchillas pueden causar temor en las personas. Esto es algo muy común, pero lo que resulta más curioso es que pese a que estos organismos son miles de veces más pequeños que nosotros, igual pueden provocar un miedo muy profundo, siendo una incomodidad que nace por el desconocimiento o por malas experiencias vividas. Como sabemos, una porción de estos seres de muchas patas segmentadas y con exoesqueletos pueden poseer potentes toxinas que generan dolor y diversos síntomas, pero otros solo tienen estructuras orgánicas empleadas para intimidar, cazar o incluso solo para la reproducción, así que no todo lo que se ve peligroso quiere decir que realmente lo sea.

Por otra parte, cuando era pequeño recuerdo que había insectos a los que les tenía cierto temor, algunos de estos era por dolorosos y malos momentos vividos tras el contacto con ellos, siendo las orugas de mariposas o polillas uno de estos por las toxinas que tienen algunas especies en sus pelos, ya que en más de una ocasión experimenté el dolor y la fiebre que provocan solo por tocarlas. A su vez, había otro conjunto de insectos que también me generaban temor, pero esta experiencia era diferente, pues, nunca me causaron ningún tipo de daño, el miedo hacia ellos era generado por las enormes pinzas o tenazas que tienen al final de sus cuerpos y, como era desconocido para mí, siempre mantuve una interrogante de si eran o no peligrosos, estos insectos eran las llamadas "tijeretas". Posteriormente, comencé a estudiar insectos y similares por mi cuenta, desde ahí nació mi fascinación por los artrópodos, pero fue en la universidad en donde pude conocer de una mejor manera muchas de las cosas que circulan en la vida de estos pequeños y a estudiarlos más al detalle bajo métodos científicos, de manera que, tras el paso del tiempo el miedo que sentía por los organismos ya mencionados y similares se transformó en respeto y admiración.

El ejemplar protagonista de esta publicación es un insecto que tiene muchos mitos en algunas de nuestras culturas, pero la que más llama la atención es la que dice que "pueden meterse por los oídos de las personas y afectar el cerebro", siendo esta una de las cosas que más se difunde en muchos sitios webs o en redes sociales cuando se les hace mención; sin embargo, la realidad de todo esto es que este ejemplar y sus homólogos son inofensivos, pero los malos comentarios han esparcido una semilla que genera el repudio y temor sobre todo lo relacionado a estos organismos. A su vez, este espécimen pertenece a un pequeño grupo que, aunque no es muy numeroso, siempre se hacen sentir en los ecosistemas terrestres o dentro de nuestros hogares, este se conoce como Dermaptera. Hace unos 30 años recuerdo que los veía tras las cosechas de maíz que se realizaban en la finca de mi padre, se podían ver en grandes cantidades cuando se procedía a retirar los granos de las mazorcas para procesar el maíz, en aquel momento siendo un niño no comprendía el por qué estaban en dichas plantas, incluso pensaba que se alimentaban directamente del maíz.

Cuando me tocó estudiarlos con el propósito de conocer las características del orden al que pertenecían, pude darme cuenta de que había estado equivocado en cierta parte, pues, resulta que estos organismos hexápodos pueden alimentarse de diferentes cosas dependiendo de la disponibilidad de alimento, pero su mayor fortaleza es la de consumir a otros insectos, de manera que, estos no usaban al maíz como fuente de alimento, sino a lo que vivía como plaga sobre estas plantas, siendo las orugas o los huevos de polillas una de sus fuentes predilectas de alimento.

Al ver a estos artrópodos hay algo que llama la atención sobre cualquier otra característica que este posea, siempre la mirada de cualquier persona se centrará en esas 2 alargadas y puntiagudas piezas que tienen al final de su segmento abdominal, ya que se ven "peligrosas". Sin embargo, esto es solo en apariencia, ya que no son capaces de provocar algún daño que sea superior a sentir un pequeño pellizco en la piel. Como se observa en las imágenes, estos sobresalientes apéndices se denominan cercos y no son más que una herramienta que emplean para capturar presas, defensa y para todo lo referido al apareamiento entre una hembra y un macho, incluso tienden a ser más grandes en estos últimos. Estas estructuras están presentes en muchos insectos, pero en la mayoría son muy pequeñas, tienen otras formas y son empleadas para otras funciones, lo que las hace especiales en ejemplares como el que se muestra en este artículo es que en dichas especies estas piezas se desarrollaron mucho hasta adquirir la forma de pinzas para desempeñar funciones de agarre, todo forma parte de su evolución.

Este ejemplar es un macho, esto se sabe por las dimensiones de estas pinzas (cercos), por la curvatura que tienen y por el pequeño pincho que tienen justo en el medio de estas piezas. En las hembras estos cercos son pequeños y más rectos, además no poseen dientes aserrados en las caras internas de cada cerco. Estas son algunas de las características más comunes para diferenciar los sexos, las diferencias que poseen no son muy notorias en términos generales, pero hay piezas que permiten poder separar a los machos de las hembras solo con observarlos superficialmente.

Por otra parte, cuando se desplazan la postura de sus cuerpos también cambia, ya que todo el abdomen es curvado hacia adelante, de esta forma adquieren una posición muy similar a la de un escorpión. También adoptan dicha postura tras sentirse bajo amenaza, pero como ya había mencionado no suelen ser peligrosos y mucho menos agresivos, así que todo forma parte de intentar ahuyentar a las amenazas que tengan por delante. El orden al que pertenece tiene una cifra de especies cercanas a las 2.000, hay especímenes que cuentan con otro sistema de defensa, un ejemplo está en las que pueden liberar líquidos ácidos y de olores fuertes como último recurso para mitigar la presencia de los depredadores, además solo su presencia puede ser intimidante para algunos gracias a las desarrolladas "pinzas abdominales" que caracterizan a estos insectos. Ahora, si hablamos de sus colores estos son muy variables entre especies, pero los que más predominan son los opacos o poco llamativos, siendo el negro o un rojo oscuro los que comparten diversas especies.

Al ver la región dorsal de este insecto pareciera no tener indicios de que pudiera volar, pues, no se ve ningún milímetro de sus alas y esto hace que crea que no cuentan con estas estructuras, sin embargo, lo realmente interesante es que si pueden hacerlo y a la perfección. Las dos áreas de un color amarillento vienen siendo sus alas anteriores o el primer par (tegminas), estas son muy cortas y están endurecidas, pero sutilmente dobladas bajo estas se ubica el par posterior. Cuando este insecto se dispone a volar sus pequeñas alas anteriores se abren hacia los lados, mientras que las posteriores comienzan a desdoblarse rápidamente, adquiriendo estas una forma de abanico. Todo el proceso del plegado de las alas pueden verlo en cada una de las fotografías que se suministran en esta sección de la publicación, las alas estando completamente abiertas tienen una apariencia que recuerda a un papel muy fino y algo translúcido, inclusive se pueden ver las líneas que adquieren por estar dobladas.

Generalmente, estos pequeños se ven más sobre el suelo, las plantas o bajo la materia orgánica, pero en realidad cuentan con muy buenas maneras para dispersarse por diferentes zonas, siendo las alas una de las maneras más seguras y rápidas de hacerlo. Pero resulta algo poco común el verlos en pleno vuelo, por este motivo hay cierta creencia de que no pueden volar, cosa que es falsa y la prueba se encuentra en este segmento del post.

Este espécimen pertenece a la popular o quizás no tan conocida familia Forficulidae, lo digo de esta manera porque hay muchas personas que no saben realmente lo que es, por lo que pueden ser muy conocidos para algunos y para otros no tanto. Lo cierto del caso es que uno de los roles más destacados que nace en la vida de estos insectos es la de alimentarse de otros artrópodos, en esto pueden ser muy generalistas, pero siempre saben muy bien en donde encontrar una gran fuente que les suministre el alimento. Un ejemplo de esto lo encontramos en los agroecosistemas enfocados en la producción de maíz, sobre estas plantas por lo general se desarrollan un conjunto de organismos que son uno de sus platos principales, siendo uno de estos la polilla Spodoptera frugiperda. Sobre estas últimas, este insecto no se alimenta del adulto como tal, sino que ataca vorazmente a sus orugas y huevos, así que en dichos cultivos puede llegar a ser un gran aliado para controlar a estos insectos que por lo general dañan los cultivos. Por este motivo, era que de niño observaba a estas "tijeretas" en grandes cantidades sobre las cosechas, todas iban tras los pasos de estas orugas.

A pesar de esto, ante la escasez de este tipo de alimento, estos pequeños pueden cambiar sus preferencias y alimentarse de otras cosas, así que pueden consumir hojas, polen y materia en descomposición. El daño que pueden provocar en determinadas situaciones sobre alguna planta rara vez es grave, pero hay veces en las que puede ser necesario controlar a sus poblaciones, son insectos con mucha adaptabilidad para situaciones en donde haya poco alimento, por lo que es poco probable que mueran porque alguno de sus aperitivos esenciales desaparezca de alguna zona.

Por otro lado, los mitos que los sitúan como "devoradores de cerebros" son solo supersticiones, ya que como cualquier otro pequeño organismo pueden entrar por alguna cavidad de nuestro cuerpo, he llegado a ver hasta pequeñas arañas saliendo del oído de las personas o moscas muertas dentro de la nariz, allí pueden generar infecciones o cosas similares porque mueren dentro. Pero no hay insectos u otros artrópodos que busquen al ser humano para alimentarse de algún órgano de este, pero si hay los que nos buscan para alimentarse directamente de nuestra sangre (hematófagos). El insecto que se presentó en este artículo pertenece al género Doru, este grupo está siendo muy estudiado debido a las muy buenas capacidades de ciertas especies como controladores de plagas, específicamente sobre los cultivos. Por lo que es muy probable que con el tiempo sean incluidos como agentes destinados al control de otros insectos con predisposición a ser plagas, un punto a favor de los Dermaptera.

Todas las imágenes compartidas en este post pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas con un teléfono Redmi 8A y se editaron con la aplicación Canva.

Algunas referencias:

Orden Dermaptera

Familia Forficulidae

Doru taeniatum