¿Cómo descansan estos insectos? | Observaciones generales sobre abejas de la tribu Anthidiini

Cualquier parte de un organismo vegetal (planta) se puede volver el lugar para el descanso de cientos de artrópodos que, de manera frecuente, transitan diariamente por dicho lugar en busca de alimento, refugios o pareja. En este sentido, es completamente normal que encontremos durante ciertos momentos del día a insectos que no muestran alguna respuesta ante estímulos, la causa de esto se puede deber a una pequeña recuperación de energía tras un día algo agitado. En la siguiente publicación se mostrarán algunos interesantes comportamientos que pude notar en un grupo de abejas que abundan en las adyacencias de la zona en donde vivo, también compartiré ciertos detalles que circulan en la vida de estos insectos.

Los insectos en su mayoría, son organismos que podemos llegar a verlos realizar sus labores ecológicas y biológicas constantemente durante el día sin descanso, por lo menos esto es lo que llegamos a pensar, ya que si le damos seguimiento a una colonia de hormigas siempre veremos actividad dentro y fuera del hormiguero, lo que nos lleva a preguntarnos si realmente descansan o duermen los insectos. La respuesta a esta interrogante no necesita que profundicemos mucho en temas investigativos, ya que estos invertebrados también son seres vivos como nosotros que cuentan con un sistema orgánico al que le deben suministrar alimento (energía) y al que le deben dar descanso para poder tener un rendimiento óptimo durante los momentos del día en los que se desenvuelvan, ya sea de día o de noche (según sus hábitos). Asimismo, ciertos insectos viven poco tiempo no por la falta de descanso, sino porque evolutivamente se adaptaron para una vida adulta fugaz, misma que se centra exclusivamente en la reproducción, dejando de lado el alimentarse o el ingerir líquidos, por lo que no cuentan con un aparato bucal que les permita hacer estas actividades que son vitales para muchos seres vivos.

Por otro lado, retomando el ejemplo de las hormigas u otros himenópteros, estos laboriosos hexápodos también tienen un periodo de vida algo corto a pesar de que se alimentan, la causa de esto tiene su punto de partida en que cada una de las obreras de una colonia vive sobrecargada de labores, pues, ellas viven y mueren por la permanencia de sus refugios y, sobre todo, por la existencia de sus reinas. Dicho esto, una hormiga o abeja obrera descansa por intervalos muy cortos de tiempo, esto puede reducirse a tan solo un par de minutos durante diferentes momentos del día, por lo que el cansancio puede hacer que sus organismos fallen en cualquier momento, la solución que da una reina a esto es reponer las bajas integrando nuevos miembros, para esto coloca huevos de forma periódica que permitan traer a nuevas obreras que mantengan seguro el refugio y que desempeñen distintas labores entre las que se incluyen el buscar alimento, defensa y mantenimiento. Las reinas o matriarcas pueden vivir durante años, ya que sus labores se reducen a solo la puesta de huevos, aunque hay especies de himenópteros eusociales que tienen reinas que en determinados momentos se incluyen en ciertas actividades relacionadas a la colonia.

Los artrópodos de exclusiva vida diurna también descansan, el momento idóneo para esto es durante la noche, mientras que los nocturnos lo harán durante el día. Creo que el mejor ejemplo de esto lo encontramos en las mariposas, ya que a las especies que vemos entre las flores durante las horas en las que hace más sol no las vamos a ver en la oscuridad de la noche buscando alimento o pareja, durante los momentos en los que el sol se oculta para dar lugar a la presencia de la luna en ciertas regiones geográficas, las mariposas de dichos lugares también se refugian a la espera de un nuevo amanecer, mientras que sus homólogas nocturnas inician sus actividades cotidianas, de manera que, lo único seguro que no descansan son los motores biológicos de los ecosistemas debido a la vida que fluctúa dentro de ellos.

Desde hace mucho tiempo llevo observando diferentes especies de abejas que frecuentan las plantas de mi jardín y zonas aledañas, más que un tema investigativo lo hago por simple curiosidad, ya que me interesa más ver el tipo de especies que llegan a la zona y la frecuencia con la que lo hacen, he de añadir que son muy pocas las especies de abejas que hay, pero las que están tienen números muy elevados, aspecto que también se debe en parte a la poca diversidad de especies vegetales que tengo cultivadas debido al escaso espacio del lugar, ya que hay plantas que son muy atractivas para algunas especies de himenópteros en particular, de manera que, la diversidad vegetal de una zona es vital para que pueda ser aprovechada por muchas especies de insectos voladores. Mientras más de estos insectos como abejas o mariposas se observen en un lugar, entonces es un indicativo de un espacio que está sano, si ocurre lo opuesto, entonces el área puede estar contaminada o en mal estado.

El punto interesante de mis recurrentes observaciones sobre las poblaciones de himenópteros de mi zona, es que he podido observar a una especie de abeja que siempre se ubica de la misma manera sobre hojas de Cymbopogon citratus y a la misma hora todos los días. La hora exacta es a partir de las 6 pm, estas abejas llegan a esta aromática planta se posan en las hojas y las muerden quedando únicamente aferradas gracias a la fuerza de sus mandíbulas, así pasan toda la noche hasta el siguiente día en el que alzan vuelo nuevamente para volver a sus actividades. Este curioso comportamiento es la forma en la que descansan, a veces pueden adoptar esta postura durante una soleada tarde, pero es por momentos muy breves y luego se vuelven a marchar hasta las 6 pm, cuando llega este momento puede parecer que entran en una especie de trance, ya que no reaccionan ante ningún estímulo leve, por lo que puedes tocarlas o manipularlas sin problemas. Estos insectos son algo comunes en la zona, incluso son de los que con mayor frecuencia encuentro sobre las plantas y flores; sin embargo, hace unos días fue que me di cuenta que descansaban de esta manera sobre una de las plantas que hay en mi jardín.

Al observar este comportamiento tomé la decisión de escribir un poco sobre ellas, ya que nunca me habían llamado la atención pese a verlas con frecuencia, sencillamente las observaba y no las molestaba hasta este momento. Lo primero sería intentar identificar a la especie, ya que solo sabía que pertenecen a la familia Megachilidae, un grupo muy diverso y del que tenía presente que no iba a ser una tarea muy fácil identificarlas, quizás hasta imposible por el momento y por esto las había ignorado. Aun así, hay que dar lugar a una nueva y pequeña aventura entre estas especies de himenópteros que se muestran en muchas regiones neotropicales.

Como mencioné en la sección anterior, esta familia es muy numerosa y alberga más de 4.000 especies, aunque la distribución de estas también es muy pronunciada, por lo que se pueden encontrar en distintos lugares del planeta, de preferencia, regiones de climas tropicales. Sobre esta familia (Megachilidae), he escrito realmente muy poco, si revisan mi perfil encontraran solo 2 publicaciones sobre este tipo de insectos que he hecho a lo largo de mi estadía en la plataforma, esto no las hace poco importantes o nada interesantes, sino que personalmente es un grupo que taxonómicamente se me complica por la cantidad de subgéneros y subespecies que alberga, por lo que hay muchos ejemplares que tienen rasgos en común y variantes entre miembros de una misma especie que cambian según el lugar en donde vivan. Para identificar a ciertas especies es necesario observar con microscopio determinadas estructuras de sus cuerpos teniendo conocimiento sobre las claves de identificación inherentes a la familia, mientras que otras son más sencillas de reconocer gracias a ciertas características únicas que tienen. Lo importante a tener en cuenta sobre esta familia es que son de vida solitaria, esto quiere decir que no viven en grupos y tampoco tienen reinas ni nada por el estilo, simplemente hacen sus funciones de forma solitaria y se aglomeran unas pocas para descansar o para reproducirse.

Una de las cosas que tenía en cuenta era que los ejemplares que se presentan en esta publicación realizan de forma constante labores polinizadoras, ya que son una de las especies que con mayor frecuencia observo sobre las flores de diferentes plantas. No obstante, debido a la familia a la que pertenecen, estas tienen como característica un cuerpo con muy poca pubescencia, incluso ciertas especies como la que ven en las fotografías no tienen tampoco estructuras destinadas a la colecta de polen, esto les resta eficiencia a la hora de polinizar por no tener una buena capacidad natural para transportar los granos de polen de las flores. Sin embargo, por muy poco que hagan en comparación a otras abejas, la cantidad de estas especies que realicen dicha actividad da su valor agregado a cada planta que logren visitar cada día, de manera que, se podría decir que estas pequeñas cambian la calidad por la cantidad en lo que concierne a la tarea de la polinización.

Por otra parte, otra cosa que he podido notar es que son muy generalistas para escoger flores, estas pueden verse sobre diferentes plantas buscando néctar y colectando distintos residuos que les sirvan no solo de alimento, sino también para elaborar los pequeños refugios en donde las hembras resguardan a su futura descendencia. A su vez, también es común encontrar a machos y hembras apareándose sobre las plantas, incluso pueden permanecer unidos mientras vuelan, aunque el vuelo en este momento se vuelve muy tosco y se golpean con todo lo que se encuentren en su camino. Asimismo, al observarlos no pude notar diferencias muy claras entre ambos sexos, eran realmente muy similares tanto los machos como las hembras, pero si habían pequeños detalles en la coloración del macho, específicamente en algunos de los patrones amarillos de la cabeza. Para diferenciar sexos o para identificar a estos ejemplares de forma rápida, en muchos casos es necesario observar la cantidad de dientes en las mandíbulas o las uñas tarsales por mencionar ejemplos, así que no es una tarea sencilla para los pocos experimentados en este tipo de insectos, como es mi caso.

Todos los ejemplares que venía observando cada día aferrados a las hojas de las plantas con sus mandíbulas o entre las flores compartían las mismas características, incluso la recopilación fotográfica de esta publicación no pertenece a un solo día, sino que corresponden a fotografías que realicé en diferentes momentos y lugares dentro de una misma semana, por lo que si observamos a cada uno de los ejemplares presentados en las imágenes notaremos que superficialmente son la misma especie. Ahora, el problema fundamental era saber el nombre científico de esta especie de abeja, así que tuve que realizar diferentes investigaciones para intentar encontrar similitudes con otros ejemplares que me permitieran acercarme a la especie de manera superficial, ya que no tenía colectas u observaciones más detalladas de estos especímenes. De igual manera, tras analizar conductas y las características más notorias de estas abejas como lo son sus coloraciones negras con patrones amarillentos que dan una buena y llamativa composición de colores llegué a la subfamilia Megachilinae, aunque para ser más específico a la tribu de abejas conocidas como Anthidiini.

Alcanzado este punto, aquí me encontré con el problema de subgéneros y subespecies, por lo que tuve un estancamiento evidente al encontrar una infinidad de ejemplares que eran semejantes externamente, aunque diría que los posibles géneros en los que puede entrar el espécimen de esta publicación es en Anthidiellum o Dianthidium, pero en las especies con las que pude encontrar un patrón amarillento en la placa dorsal del tórax idéntico al que ven resaltado en un círculo rojo en la fotografía se ubican en el género Stelis, así que es otra posibilidad.

Algunos de estos insectos son reconocidos también por dañar la estética de las plantas al cortar parte de sus hojas, estas porciones o restos vegetales son empleados para la elaboración de refugios, pero generalmente nunca suponen un problema de peso para las plantas, ya que su labor polinizadora le da más valor a este himenóptero. A su vez, la tribu a la que pertenecen estos ejemplares (Anthidiini) también es muy diversa, así que entre ellas hay especies que tienen estilos de vida muy simples, pero otras actúan muy diferente al ser cleptoparásitas de otras de sus semejantes, esto básicamente consiste en que colocan sus huevos dentro del nido de otra, así la madre huésped cuidará de estas larvas como si fueran suyas o, en otros casos, las larvas parásitas se alimentaran de las crías de la abeja huésped. Este tipo de conductas hacen interesantes a este conjunto de insectos, el género Stelis que mencioné como posible grupo al que pertenezcan los ejemplares de este artículo son uno de los que tiene dicho estilo de vida, pero hay ciertas cosas referentes a la manera en la que viven que me hace dudar que realmente los ejemplares de esta publicación sean de este grupo, quizás en nuevos datos que obtenga sobre estas abejas me permitan llegar con exactitud a la especie de la que forman parte.

Todas las imágenes compartidas en este post pertenecen al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas con teléfono Redmi 8A y se editaron con la aplicación Canva.

Algunas referencias e información importante:

Phylogeny and generic classification of the Anthidiini bees from the Neotropical region (Hymenoptera: Apidae)

Familia Megachilidae

Tribu Anthidiini